Los narcos gallegos retoman los viejos transportes marítimos con la costa africana como base de avituallamiento
La reciente captura de un alijo de 3,3 toneladas de cocaína muestra que la logística de los traficantes de Galicia sigue vigente 30 años después
El mar es el gran aliado de los narcotraficantes. Mientras los dueños de la producción de droga llevan décadas poniendo a prueba su inagotable inventiva para que los alijos que envían no sean descubiertos por la policía, los narcos gallegos siguen enfrentándose a los mismos riesgos: lograr que los cargamentos lleguen a tierra para no perder su estatus en este negocio global. Para esta carrera de fondo en la que están en juego cientos de millones de euros, las bandas locales han recuperado la ruta de los transportes marítimos que marcaron tendencia hace ya 30 años empleando la misma logística q...
El mar es el gran aliado de los narcotraficantes. Mientras los dueños de la producción de droga llevan décadas poniendo a prueba su inagotable inventiva para que los alijos que envían no sean descubiertos por la policía, los narcos gallegos siguen enfrentándose a los mismos riesgos: lograr que los cargamentos lleguen a tierra para no perder su estatus en este negocio global. Para esta carrera de fondo en la que están en juego cientos de millones de euros, las bandas locales han recuperado la ruta de los transportes marítimos que marcaron tendencia hace ya 30 años empleando la misma logística que las históricas organizaciones, pero con una mayor infraestructura naval que entonces.
La captura el 18 de diciembre del pesquero de bandera angoleña Simione cuando se aproximaba a Canarias con 3,3 toneladas de cocaína de gran pureza, ha confirmado la vuelta de los viejos métodos, con las costas occidentales de África como base de avituallamiento de barcos y tripulaciones, y que, según los investigadores, resulta más segura para los narcotraficantes en el transbordo de grandes alijos. Pero la operativa de esta banda radicada en las Rías Baixas fue un fracaso, y las pérdidas del cargamento se estiman en más de 100 de euros.
Los responsables de la investigación, los equipos de la Guardia Civil contra el crimen organizado y antidroga, ECO y UCO y EDOA con sede en Pontevedra, sitúan en la cúpula de la banda gallega a Pablo García y José Rodríguez, ambos de Vigo y con antecedentes policiales. El primero se centró en buscar un barco y su tripulación para salir al encuentro del buque nodriza, mientras Rodríguez, con una causa pendiente por tráfico de heroína, tenía el cometido de organizar el desembarco de los 115 fardos que el Simione llevaba en la cubierta con la intervención de al menos cuatro lancheros.
El hecho de que el cuadrante noroeste de África, en este caso Senegal, haya servido como base de las operaciones logísticas muestra que el grupo gallego ha reproducido los clásicos métodos de transporte que en su día perfeccionaron las organizaciones históricas del narco gallego. Estas también utilizaron esta región africana, principalmente Cabo Verde, para aprovisionarse de barcos y contratar tripulaciones que en apariencia se dedicaban a la pesca en estas aguas del Atlántico para no levantar sospechas.
La investigación se centró en monitorizar varios desplazamientos de Pablo García a Senegal y acreditar cómo supervisaba personalmente la llegada del cargamento, encargándose tanto del flete del barco, como de la contratación de la tripulación. También planificaron qué embarcaciones saldrían al encuentro de este barco desde las Rías Baixas, una tarea que supervisó su socio José Rodríguez.
Los agentes también constataron que el grupo investigado contaba con sofisticados medios para el transporte del estupefaciente por distintas provincias españolas, que les permitía prescindir incluso de otros vehículos lanzadera que avisarían de posibles controles policiales. Además, contaban con modernos sistemas para ocultar la droga incorporando dobles fondos hidráulicos en vehículos, así como mensajería encriptada para asegurar las comunicaciones entre ellos.
El seguimiento de la organización permitió identificar el barco que iba a transportar la cocaína, lo que precipitó la orden de abordaje por parte del juzgado número uno de Vigo. Era el esperado alijo de cocaína que suele ser capturado por Navidad.y el mayor incautado este año a organizaciones gallegas. Entonces se puso en marcha un enorme despliegue medios y coordinación para localizar el pesquero en plena travesía en dirección a España. Para ello se emplearon medios del Servicio Aéreo y Marítimo de la Guardia Civil, quienes realizaron una exhaustiva labor de búsqueda. El domingo, 18 de diciembre, agentes de la Unidad Especial de Intervención (UEI) y del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, abordaron el barco fletado por la organización gallega al norte del archipiélago canario.
En el operativo dirigido desde un juzgado de Vigo se saldó con 16 detenidos, aunque solo seis de ellos ingresaron en prisión. Los primeros en caer fueron los tres tripulantes del pesquero, y tras el abordaje se puso en marcha un operativo en las provincias de Pontevedra, Ourense y A Coruña. Durante los registros, en domicilios y empresas, los agentes también se incautaron de un kilo de heroína, 1,5 kilogramos de cocaína, vehículos de alta gama, dispositivos electrónicos encriptados y otros sofisticados dispositivos de detección de medios técnicos, así como abundante documentación y 20.000 euros en efectivo.