La falsa médica gallega: una doble vida de ficción desde 2019 que terminó en Carballo
Una mujer de 28 años acumula en Galicia tres detenciones por ejercer como médica sin titulación. Logró un número de colegiada, prescribió tratamientos con recetas oficiales y trabajó en dos residencias de ancianos, una mutua y Cruz Roja
“Era una chica encantadora”, afirma la titular de la farmacia de Carballo (A Coruña) donde Andrea Sánchez Antelo, de 28 años, se aprovisionó hace unas semanas de medicamentos haciéndose pasar por una médica intensivista del Centro Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC). La falsa facultativa, reincidente en la prescripción de fármacos a pacientes y arrestada en 2019 y enero pasado, fue detenida también por esta última receta. Por su doble vida de ficción acumula un extenso...
“Era una chica encantadora”, afirma la titular de la farmacia de Carballo (A Coruña) donde Andrea Sánchez Antelo, de 28 años, se aprovisionó hace unas semanas de medicamentos haciéndose pasar por una médica intensivista del Centro Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC). La falsa facultativa, reincidente en la prescripción de fármacos a pacientes y arrestada en 2019 y enero pasado, fue detenida también por esta última receta. Por su doble vida de ficción acumula un extenso historial de delitos por intrusismo profesional y contra la salud pública. Ya fue condenada a un año de cárcel que no cumplió y afronta un próximo juicio en el que le piden una pena de cuatro años de prisión.
Fue en Carballo donde Sánchez Antelo perpetró lo que parece ser su última fechoría. En una farmacia apareció su nombre en la receta de un talonario oficial del Sergas que probablemente sustrajo en un centro hospitalario. El Colegio de Farmacéuticos de A Coruña había lanzado una alerta advirtiendo de que la mujer estaba actuando de nuevo, lo cual precipitó su detención por la Guardia Civil el 21 de octubre. Ella sabía que le seguían la pista ante las múltiples denuncias que tenía por suplantación profesional y se había refugiado desde hace meses en casa de su novio, en esta localidad coruñesa. En el juzgado la detenida se negó a responder a las preguntas del juez y el fiscal, quienes acordaron su puesta en libertad provisional con cargos.
La boticaria María Fernández conocía a la falsa médica porque había ido a comprar medicamentos a su establecimiento y escuchó sus fantasías sin sospechar que era una impostora. Recuerda que le criticó el trato que habían recibido los sanitarios durante la pandemia. “Comentó que los médicos de cuidados intensivos no tenían medios y que trabajaban sin equipos de protección ni mascarillas, y yo no pensé que fueran mentiras lo que me estaba contando. Era correcta en el trato y una chica encantadora”, comenta.
La farmacéutica cree que los mecanismos de control no se activaron para evitar que Andrea Sánchez reincidiera. “Una persona que se inventa una vida paralela semejante quiere decir que no está bien y que necesita ayuda psicológica. Algo importante ha fallado”, subraya. “Antes de terminar en la cárcel y señalada por la sociedad, esta chica probablemente tenía que estar en un centro psiquiátrico”.
El hallazgo de la receta en Carballo precipitó una investigación de la Guardia Civil. La Subdirección General de Farmacia de la Xunta constató que el talonario era oficial y que había sido entregado por un área sanitaria del Servicio Gallego de Salud (Sergas). La falsa médica había conseguido un número de colegiada falsificando datos de su currículo. No estudió en la Universidad de Santiago ni en ninguna otra, tal y como ella había alardeado, y tampoco era licenciada en Medicina. Ni siquiera hay constancia de que hubiera cursado un ciclo de FP como técnica de farmacia que presentaba como patente de corso hace cuatro años en sus redes sociales.
Andrea Sánchez fingió ser especialista en el hospital de A Coruña donde robó un bata de sanitario y también se hizo pasar por miembro de la Cruz Roja para atender a varios pacientes. Expidió recetas a personas enfermas, la mayoría de avanzada edad, y en una ocasión llegó a aplicar un tratamiento inyectable, según consta en su historial de denuncias.
Sus primeras andanzas en 2019 la sitúan en dos residencias de mayores, en Madrid y Lugo. En noviembre de ese año, en la localidad lucense de Outeiro de Rei, Andrea Sánchez estuvo varios días ejerciendo de médico hasta que la dirección del geriátrico le exigió que se diera de alta en el Colegio Oficial de Médicos de Lugo. Después de la pantomima que hizo con su supuesto título y carné profesional, que no aparecían por ningún lado, la mujer fue invitada a abandonar el centro.
Este hecho puso en marcha una operación policial denominada Domus por la que fue detenida en febrero de 2020 y puesta a disposición judicial por intrusismo laboral, falsificación de certificados y documentos oficiales y por un delito contra la salud pública. La denuncia provenía del Colegio de Médicos de Lugo donde le llegaron a facilitar un número de colegiación hasta que la descubrieron. Allí alegó que no tenía todavía el título porque acababa de terminar la carrera en la Universidad de Santiago, pero esta institución académica confirmó que nunca había estado matriculada.
En su empeño por ejercer la profesión, la médica imaginaria falsificó su título y el justificante de pago de las tasas de la Universidad de Santiago. Los investigadores creen que, con estos documentos falsos, la detenida consiguió sortear todo tipo de controles administrativos para hacerse, por ejemplo, con el talonario de recetas. El 24 de enero de 2022, Andrea Sánchez fue arrestada en A Coruña por ejercer de médica en una mutua. Allí comprobaron que todos los documentos aportados por ella eran falsos. Volvió a quedar en libertad con cargos y desde entonces desapareció sin dejar rastro hasta que hace tres semanas fue localizada por la Guardia Civil cuando caminaba por una céntrica calle de Carballo.
Se publicitaba en las redes
En junio pasado, Andrea Sánchez se sentó en el banquillo para dar cuenta de todas sus andanzas, pero con una sentencia de conformidad logró eludir la cárcel. La falsa médico se declaró autora de un delito de intrusismo con la pena de un año de prisión, pero su defensa solicitó la suspensión del castigo con la condición de que no volviera a delinquir durante dos años. Ni la fiscalía ni la acusación particular se opusieron a este acuerdo procesal que dejó a la falsificadora en libertad.
Ahora se enfrenta de nuevo a otro juicio y una condena de cuatro años de cárcel por los mismos delitos. La denuncia fue interpuesta el 19 de diciembre del 2019 por el Colegio de Médicos de A Coruña por haber recetado fármacos con un cuño falso del hospital de A Coruña sin tener titulación, y publicitarse en las redes sociales como médica de este complejo hospitalario.
Según la fiscalía, en el verano de 2019, la mujer subió a diversas redes sociales fotografías con bata y utensilios médicos como si estuviera trabajando en el hospital coruñés. Ese mismo año atendió a un enfermo con un tratamiento inyectable y emitió por Whatsapp una receta a otra mujer con un cuño falso. “El mecanismo consistía en estampar el cuño o sello falso sobre recetas que había obtenido ilegítimamente para seguir simulando la profesión de médico que no ostentaba”, relata el escrito de acusación. El fiscal desmonta las falsedades de la acusada y afirma que trabajó varias veces para Cruz Roja, poniendo en peligro la vida de una paciente que atendió de un ataque epiléptico al recetarle medicamentos después de sufrir un accidente durante el Festival de la Luz de Boimorto (A Coruña).