La batalla abierta entre el PP y Cs acerca al PSOE a la alcaldía de Granada

La renuncia de Luis Salvador, de Ciudadanos, propicia que el candidato socialista se convierta en alcalde por ser la lista más votada

Luis Salvador (a la derecha) se abraza al edil de Cs José Antonio Huertas, el jueves tras dimitir.Fermín Rodríguez

El enrevesado pulso político que mantiene en el aire el Ayuntamiento de Granada todavía podría tener nuevos giros sorpresivos, pero tras la dimisión este jueves del alcalde, Luis Salvador, de Ciudadanos, el escenario más probable es que el PSOE se haga con la alcaldía por la falta de acuerdo en el centroderecha. Los socialistas fueron la lista más votada en las últimas elecciones municipales, por lo que si no hay un pacto...

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El enrevesado pulso político que mantiene en el aire el Ayuntamiento de Granada todavía podría tener nuevos giros sorpresivos, pero tras la dimisión este jueves del alcalde, Luis Salvador, de Ciudadanos, el escenario más probable es que el PSOE se haga con la alcaldía por la falta de acuerdo en el centroderecha. Los socialistas fueron la lista más votada en las últimas elecciones municipales, por lo que si no hay un pacto de última hora entre el PP y Ciudadanos accederán a la alcaldía en segunda vuelta. El trasfondo de la pelea de poder por la alcaldía andaluza (233.648 habitantes), el Ayuntamiento más poblado hasta ahora en manos de Cs, es la batalla por la reunificación del centroderecha, que atraviesa una fase de hostilidad entre las cúpulas del PP y Cs, con la participación de un personaje clave, el exsecretario de Organización de Cs, Fran Hervías, ahora a las órdenes del PP.

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Luis Salvador dio este jueves un paso atrás después de tres semanas en el cargo con el apoyo de un solo edil de 27. En esa minoría exigua le habían dejado sus socios de Gobierno, el PP, que salieron del acuerdo al cumplirse dos años desde las elecciones, con el argumento de que existía un pacto verbal para turnarse en la alcaldía dos años cada partido político. Ese acuerdo, negado por Luis Salvador y Ciudadanos, nunca estuvo por escrito, según reconocen también en el PP, por lo que Salvador se negaba a renunciar al cargo. El problema para el regidor fue que tuviera o no razón había perdido a los siete ediles del PP, pero también el apoyo de dos de los cuatro concejales de Ciudadanos, que ahora están alineados con el PP.

El ya exalcalde de Granada siempre ejerció de verso suelto en Ciudadanos, y no tenía buena relación con la líder del partido, Inés Arrimadas, algo que se ha visualizado también en su renuncia, ya que la dirección nacional de Cs le ha desautorizado en los siguientes pasos a dar para la formación de un nuevo Gobierno municipal. En su comparecencia pública para anunciar su dimisión, Salvador apuntó este jueves que apoyaría al PSOE —con 10 ediles— para hacerse con la alcaldía, como lista más votada. “Vamos a favorecer un Gobierno estable. Entendemos que entre las dos posibilidades solo puede ser con la lista más votada. ¿Más claro?”. Pero poco después, el líder de Cs en Andalucía, Juan Marín, y la dirección nacional de Cs lo desautorizaron. “Cs no apoyará al PSOE en la alcaldía de Granada. En la investidura, Cs se mantendrá en el pacto de Gobierno”, dejó claro Edmundo Bal, vicesecretario general del partido. Fuentes de la dirección de Cs afirman que eso no significa que vayan a apoyar en su lugar la candidatura del PP, que se presentará a la investidura aunque no ha desvelado con qué candidato, sino que instan a los populares a “reconsiderar” su posición y volver a forjar un acuerdo.

El candidato del PSOE, Francisco Cuenca, que ya fue alcalde de la ciudad acaricia de nuevo la alcaldía de Granada por el pulso entre el PP y Cs, porque si Cs se vota a sí mismo o se abstiene —en realidad, si hace algo que no sea votar a favor del candidato del PP, lo que ahora no está encima de la mesa— ganará el PSOE. Los populares cuentan con 11 votos seguros, los siete suyos más los dos que rompieron con Cs y más los tres de Vox, que ya ha avisado de que no dejará gobernar a la izquierda.

Por su parte, la izquierda tiene 13 votos fijos, los 10 del PSOE más los tres de Izquierda Unida, que también se ha alineado con los socialistas. Los dos restantes de Cs —Luis Salvador y el único edil que le apoyaba hasta ahora, José Antonio Huertas— tienen la llave. La dirección nacional de Cs asegura que Salvador y Huertas responden a sus directrices, aunque el exalcalde guarda silencio después de la desautorización de su partido. En Cs admiten que si no hay acuerdo, es la ley la que establece que gobierne la lista más votada, esto es, que el PSOE se hará con la alcaldía.

El nuevo alcalde debe elegirse en un plazo máximo de 10 días desde el pleno que se celebra este viernes. En ese tiempo, el PP va a presionar a Cs para que no deje que el Ayuntamiento caiga en manos de la izquierda. Y Cs tratará de culpar a los populares de esa solución, aunque en la cúpula admiten que van perdiendo la batalla del relato contra el PP. La reunificación del centro derecha está dando sus primeras muestras de batalla campal. La consecuencia es que la izquierda gana una oportunidad en Granada.

”Lamentamos la trama urdida en Génova para atacar a Cs”

Detrás del choque por la alcaldía de Granada se está librando una guerra mucho más importante, y de ámbito nacional: la reunificación del centroderecha, que el PP está tratando de llevar a cabo en estos momentos a partir de “desestabilizar” a Ciudadanos, según reconocen fuentes populares conocedoras de la operación. El comunicado del partido de Inés Arrimadas difundido el jueves por la tarde a raíz de la crisis de Granada da muestras de que la relación entre las dos formaciones pasa por su peor momento: “La dirección nacional de Cs lamenta que la trama urdida en despachos desde Génova para atacar a Ciudadanos”, dice el texto de Cs.

El PP cuenta con un arma decisiva para tratar de provocar el desmoronamiento del partido de Inés Arrimadas: el exsecretario de Organización de Cs, Fran Hervías, que ahora trabaja en Génova a las órdenes del PP, y a quien apunta sin nombrarle el comunicado de Cs. Fuentes de la dirección de Arrimadas dan por hecho que Hervías está detrás de la operación en Granada, y que los dos concejales que han abandonado Cs y se han alineado con el PP lo han hecho por un acuerdo con él. “Da pena ver cómo desde un despacho de Génova se anteponen las rencillas personales al interés de los granadinos. Les da igual entregar la ciudad al sanchismo; algo que Cs no hará”, abundó el vicesecretario general de Cs, Daniel Pérez, tratando de culpar al PP de que la alcaldía quede en manos de la izquierda. Hervías, según fuentes próximas, tiene ya un listado de más de 300 cargos públicos de Cs que cree que podrían abandonar el partido, por lo que la OPA hostil en realidad no ha hecho más que empezar.


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