Detenido el principal representante del islam en España en una operación que investiga una trama de financiación yihadista
El presidente de la Comisión Islámica, Ayman Adlbi, ha quedado en libertad tras declarar ante la policía
Mohamad Ayman Adlbi, el presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), la principal entidad representativa de los musulmanes en España que mantiene línea directa con las administraciones del Estado, ha sido detenido este miércoles por la Policía Nacional en el marco de una operación antiterrorista. Lo acusan de estar presuntamente relacionado con una red de financiación de la organización yihadista Al Qaeda. Tras tomarle declaración en comisaría, quedó en libertad. Junto a Adlbi, de 74 años, fueron det...
Mohamad Ayman Adlbi, el presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), la principal entidad representativa de los musulmanes en España que mantiene línea directa con las administraciones del Estado, ha sido detenido este miércoles por la Policía Nacional en el marco de una operación antiterrorista. Lo acusan de estar presuntamente relacionado con una red de financiación de la organización yihadista Al Qaeda. Tras tomarle declaración en comisaría, quedó en libertad. Junto a Adlbi, de 74 años, fueron detenidas al menos otras dos personas, aunque la operación continúa abierta, según fuentes policiales.
Agentes de la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional sorprendieron en la madrugada del miércoles al presidente, médico de origen sirio, su casa de Madrid y se lo llevaron detenido, como adelantó El Confidencial. En comisaría le tomaron declaración por su presunta vinculación con una red de financiación del terrorismo yihadista, y posteriormente le dejaron en libertad hasta que sea citado por el juez de la Audiencia Nacional que instruye esta investigación.
Desde que salió elegido el pasado mes de julio, Adlbi es presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), el órgano que gestiona todas las actividades de los musulmanes con el Gobierno y las comunidades autónomas, en todo lo que tiene que ver con las mezquitas, los cementerios, o las escuelas, por ejemplo. “Debemos expresar nuestro gran disgusto por que se haya llegado hasta el extremo de la detención cuando se podía haber resuelto con una entrevista”, manifestaba este miércoles Adlbi en un comunicado, en el que calificaba las sospechas policiales de “infundadas” y mostraba su “confianza en la Justicia”.
Adlbi asumió la presidencia de la CIE el pasado mes de julio. Fue dos meses después de que falleciera por covid quien desde hacía muchos años era su presidente, el también médico sirio Riay Tatary. En la CIE están representadas todas las comunidades religiosas islámicas que hay en España. Tatary era un hombre carismático, un histórico representante islámico, que tenía un fuerte y reconocido arraigo social y político en España, y que fue imán de la mezquita del distrito de Estrecho (Madrid).
Sucesor
Su actual sucesor, Adlbi, es también presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), en eterna rivalidad con la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI). Ambas organizaciones pertenecen a la CIE y representan las dos principales facciones de la comunidad musulmana en España, con un predominio de la primera, que aglutina un mayor número de asociaciones.
Desde la muerte de Tatary, el relevo en la presidencia de la CIE —que se realiza con la conformidad del ministerio de Justicia (Subdirección General de Relaciones con las Confesiones Religiosas)— ha mantenido en vilo a los agentes de información de las fuerzas de seguridad, ya que se trata de un puesto de máxima influencia y relevancia para el conocimiento y control de la comunidad islámica en España.
La operación que ha llevado ahora a la detención de Adlbi enraíza, según fuentes policiales, con otra anterior, de 2019, en la que fueron detenidos otros diez ciudadanos de origen sirio. La denominaron Operación Wamor. Entonces, los agentes lograron desentrañar un sistema financiero clandestino basado en la falsificación de facturas, conceptos y registros de distintas empresas. Los detenidos detraían supuestamente dinero de cada operación legal sustituyendo el importe real de la operación en la factura por otro de menor valor. La diferencia iba a parar a una “caja b” y enviada, en pequeñas cantidades y de distintas maneras, hasta la región siria de Idlib, donde algunos de los detenidos tenían vínculos familiares con miembros de las milicias de Al Qaeda que allí subsisten.