“¡Déjennos morir en paz, señor Tudanca!”
Los socialistas le insistieron a Ciudadanos casi hasta el final para que facilitase un cambio de Gobierno
La primera moción de censura en las Cortes de Castilla y León empezó de forma insípida y terminó con Ciudadanos (Cs) pidiéndole al PSOE que le respetase tras dos semanas terribles para su existencia. “¡Déjennos morir en paz, señor Tudanca!”, se desgañitó David Castaño, el portavoz de Cs, en un alegato que sonó a epitafio. “Señores de Ciudadanos, yo les tenía más fe. Ha sido un placer conocerles. Era su última oport...
La primera moción de censura en las Cortes de Castilla y León empezó de forma insípida y terminó con Ciudadanos (Cs) pidiéndole al PSOE que le respetase tras dos semanas terribles para su existencia. “¡Déjennos morir en paz, señor Tudanca!”, se desgañitó David Castaño, el portavoz de Cs, en un alegato que sonó a epitafio. “Señores de Ciudadanos, yo les tenía más fe. Ha sido un placer conocerles. Era su última oportunidad para no desaparecer”, le había dedicado unos minutos antes el candidato socialista. Pasaban las cinco y media de la tarde y, aunque todavía faltaban dos horas para la votación, fue la primera vez que el candidato del PSOE dio por perdida la moción.
La falta de ambiente desde primera hora, como si no estuviera en juego un Gobierno, se vio acrecentada por las estrictas medidas de seguridad en el descomunal y desangelado Parlamento autonómico. El eco de los pasos resonaba por sus pasillos vacíos. Sin invitados y con 79 de 81 procuradores —los ausentes, uno de Cs y uno del PSOE, todos por motivos médicos, votaron telemáticamente— repartidos en el hemiciclo guardando una distancia de dos asientos, la cafetería de las Cortes se convirtió en el remanso donde asesores y forasteros contaban las horas —hubo un receso de las 11.45 a las 12.30 y otro de las 14.15 a las 16.45 para almorzar— para una votación cuyo resultado se conocía de antemano.
Las réplicas por escrito de Alfonso Fernández Mañueco fueron quizás la mejor demostración de que no era un día para sorpresas en una comunidad poco dada a ellas. El PP cumplirá 36 años al frente de Castilla y León en 2023, si es que no hay elecciones antes. Es decir, los populares igualarán como mínimo los años del PSOE gobernando Andalucía. El vicepresidente Francisco Igea admitió a su manera que Fernández Mañueco no destaca por su nervio. “Es el mejor ejemplo de aquello de soso, serio y formal”, le definió en referencia al lema de campaña de Ángel Gabilondo en Madrid.