El giro al centro de Pablo Casado descoloca a Ciudadanos

El debate interno bascula entre buscar el centroizquierda o volver a la oposición dura a Pedro Sánchez

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en una rueda de prensa en la sede del partido, en Madrid, junto a varios dirigentes de Cs. En vídeo, Arrimadas asegura no querer valorar las estrategias de otros partidos.Vídeo: EUROPA PRESS / J. HELLÍN ( EP)

El viaje al centro de Pablo Casado ha cogido a contrapie a Ciudadanos (Cs). El partido de Inés Arrimadas no esperaba el divorcio de la extrema derecha del líder del PP ni que se lanzara a por su espacio político. La dirección de Cs sopesó el viernes poner a prueba el movimiento de Casado presionándole para pactar los Presupuestos con el Gobierno, pero pospuso la idea. El debate interno bascula entre buscar el centroizquierda o volver a la oposición dura a Pedro Sánchez.

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El viaje al centro de Pablo Casado ha cogido a contrapie a Ciudadanos (Cs). El partido de Inés Arrimadas no esperaba el divorcio de la extrema derecha del líder del PP ni que se lanzara a por su espacio político. La dirección de Cs sopesó el viernes poner a prueba el movimiento de Casado presionándole para pactar los Presupuestos con el Gobierno, pero pospuso la idea. El debate interno bascula entre buscar el centroizquierda o volver a la oposición dura a Pedro Sánchez.

Casado sacó de escena a Arrimadas en la moción, admiten también fuentes de Ciudadanos. “El discurso de Inés fue bueno, pero Pablo le quitó el foco. Es evidente que quien mejor ha capitalizado la moción de censura ha sido él”, analiza un dirigente regional. El movimiento del líder del PP encendió las alarmas en la dirección de Cs. La política es hoy más que nunca comunicación y los partidos viven con ansiedad perder protagonismo en el debate público. Arrimadas buscó recuperarlo con una comparecencia urgente el viernes en la que ofreció a Pedro Sánchez su apoyo para un estado de alarma a nivel nacional. En la reunión de la cúpula que precedió a esa comparecencia se barajaron más opciones y hubo debate sobre la posibilidad de poner a prueba el giro al centro del PP. Se discutió proponer a Casado un acuerdo sobre los Presupuestos pactado entre el Gobierno, el PP y Ciudadanos. Así, el líder popular tendría que demostrar si su giro es real o solo discursivo. Si lo rechazaba, como era previsible, permitiría a Cs marcar un perfil genuinamente centrista, porque Arrimadas sí que está dispuesta a pactar. Pero la idea terminó desechándose a la espera de analizarla mejor. Carlos Cuadrado, vicesecretario general y mano derecha de Arrimadas, no lo veía. “Tenemos un problema de foco porque no estamos siendo valientes”, lamenta una importante miembro del núcleo directivo.

El movimiento de Casado obliga a reaccionar a Ciudadanos para defender su espacio. Si el PP ocupa el centroderecha diferenciado de los ultras, ¿qué hueco le queda a Arrimadas?

El partido es un hervidero de dudas sobre la estrategia. Ciudadanos sigue sin despegar de manera definitiva y, aunque ha ido recuperando terreno desde el desplome electoral que le hundió al 6,8% de votos, sigue por debajo del 10%. En el último barómetro del CIS, rompió su tendencia ligeramente ascendente y fue el partido con un mayor retroceso: se dejó dos puntos, hasta el 8,8%.

Las distintas sensibilidades internas mantienen visiones contrapuestas. Para unos, el giro del PP empuja a tratar de crecer por el centroizquierda, mientras que para otros el problema es la oferta de pacto con Sánchez, que no se rentabiliza electoralmente.

“Se han hecho lecturas erróneas de lo que pasó entre las elecciones [generales] de abril y noviembre [de 2019]: se cree que perdimos por escorarnos a la derecha, y no fue así; el votante que nos abandonó no se fue al PSOE; se fue al PP y a Vox. Si Inés hiciera ahora una oposición a Sánchez como la que hacía en Cataluña a los independentistas, recuperaría terreno. No estamos sacando nada a cambio de este seguidismo, y así vamos directos a la integración con el PP”, analiza un dirigente andaluz. En Andalucía, primer Gobierno del que formó parte Cs con apoyo externo de Vox, la estrategia de llegar a acuerdos con el Ejecutivo tiene detractores.

El sector socialdemócrata de Cs hace un análisis diferente. “A Casado no le va a resultar tan sencillo mantener lo que ha decidido. PP y Vox están en guerra y eso a nosotros nos quita presión. Y además, ¿qué hay del espacio que deja en el centroizquierda el PSOE?”, reflexiona otro miembro de la dirección. Varias voces de esta sensibilidad apuestan por intentar atraer al votante socialista moderado: hay una oportunidad, creen, porque muchos rechazan los acuerdos de Sánchez con los independentistas.

Otros pesos pesados del partido ven el movimiento de Casado como una oportunidad para explorar una alianza amplia del constitucionalismo. “El PSOE, Cs y el PP están condenados a entenderse. Este primer paso del PP da cierta esperanza en que el PSOE corresponda. La pelota está en el tejado de Sánchez”, opina otro importante dirigente.

La discusión aún no ha saltado a los órganos del partido, y el entorno de Arrimadas mantiene la apuesta por intentar un acuerdo presupuestario con el Gobierno. Pero el debate interno es intenso, y hay coincidencia en que el giro de Casado obliga a moverse pensando sobre todo en las elecciones en Cataluña, principal feudo de Cs, donde Arrimadas se la juega.

Silencio en público, elogios en privado

El discurso del líder del PP en el debate de la moción de censura en el que rompió con Vox le ha granjeado halagos de propios y extraños. Destacó, sin embargo, el silencio de Cs, su socio de Gobierno en cuatro autonomías. “No estamos para valorar las estrategias de otros partidos, sino para salvar vidas”, despachó el viernes la pregunta de los periodistas Inés Arrimadas. La realidad es que la mayoría de los dirigentes de Cs reconocen en privado que les gustó mucho Pablo Casado. “Fue tremendo”, admite un integrante del sanedrín de Arrimadas. “Casado fue el mejor del hemiciclo con diferencia”, apunta un dirigente autonómico. La actuación de la líder de Cs también gustó a los suyos, pero su discurso palideció en parte con la vibrante intervención del presidente del PP.

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