Interior acerca por segunda vez en menos de un año al histórico exjefe de ETA ‘Fiti’

José María Arregi Erostarbe es, a sus 74 años, el segundo preso de la organización de mayor edad

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en un acto celebrado el pasado 14 de octubre en la sede del Tribunal Constitucional.Rodrigo Jiménez (EFE)

El Ministerio del Interior ha anunciado este lunes el próximo traslado a cárceles del País Vasco o próximas a esta comunidad autónoma de cinco presos de ETA, entre ellos el histórico exjefe de ETA José María Arregi Erostarbe, Fiti, uno de los tres dirigentes de la organización terrorista detenidos en 1992 en un caserío de la localidad francesa de Bidart. Arregi, encarcelado hasta ahora en la prisión de Villabona (Asturias), pasará a ocupar en breve una celda en el penal de Martutene (Gipuzkoa). Este es el segundo acercamiento del que se beneficia Fiti en menos de un año. En diciembre de...

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El Ministerio del Interior ha anunciado este lunes el próximo traslado a cárceles del País Vasco o próximas a esta comunidad autónoma de cinco presos de ETA, entre ellos el histórico exjefe de ETA José María Arregi Erostarbe, Fiti, uno de los tres dirigentes de la organización terrorista detenidos en 1992 en un caserío de la localidad francesa de Bidart. Arregi, encarcelado hasta ahora en la prisión de Villabona (Asturias), pasará a ocupar en breve una celda en el penal de Martutene (Gipuzkoa). Este es el segundo acercamiento del que se beneficia Fiti en menos de un año. En diciembre de 2019 Instituciones Penitenciarias ya lo trasladó desde el Centro Penitenciario de Villena (Alicante) a la prisión asturiana.

A sus 74 años, Arregi Etrostarbe es el segundo recluso de ETA de mayor edad, solo superado por Sebastián Etxaniz Alkorta, de 76 años, aunque este disfruta desde hace tiempo de un tercer grado o semilibertad. En junio de 2018, poco después de que el Gobierno anunciara la flexibilización de la política penitenciaria con los presos etarras, Pedro Sánchez ya apuntó que la edad y el estado de salud serían criterios a tener en cuenta para decidir qué reclusos se beneficiaban de esos movimientos.

El nuevo traslado de Arregi Erostarbe se produce a propuesta de la Junta de Tratamiento —un órgano interno de las cárceles integrado por profesionales penitenciarios— de la prisión de Villabona que, además, ha recomendado que sea progresado a segundo grado penitenciario o régimen ordinario dada su evolución positiva. Esta medida le permitirá solicitar permisos de salida. Condenado a cerca de 2.000 años de cárcel por su implicación en varios atentados con víctimas mortales, desde su ingreso en prisión Fiti ha estado clasificado en primer grado, el más duro. Sin embargo, en mayo de 2019 el juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, aprobó que se le aplicase el artículo 100.2 del Régimen Penitenciario, que permite flexibilizarlo para que pudiera acceder a algunos de los beneficios del segundo grado.

Fuentes penitenciarias destacan que, además de la edad —Fiti extinguirá su condena en 2026 a la edad de 80 años—, en la decisión de los dos traslados de Arregi ha pesado que ha reconocido el dolor causado por su actividad terrorista; ha manifestado por escrito su rechazo al uso de la violencia y se ha comprometido a hacer frente al pago de la responsabilidad civil. En 2018, tras la disolución de la banda, Fiti escribió una carta pidiendo perdón a las víctimas. Fue el último de los tres jefes etarras detenidos en Bidart en hacerlo. Los otros dos cabecillas arrestados entonces, José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, y Francisco Múgica Garmendia, Pakito, se desmarcaron de la organización terrorista cuando esta aún estaba activa.

Además de Arregi, Interior también trasladará en los próximos días a otros cuatro presos de ETA. Se trata de Ugaitz Pérez Zorriketa, Alicia Sáez de la Cuesta, José Ignacio Armendáriz y Garikoitz García Arrieta. Además, ha concedido el tercer grado o semilibertad a Ibon Etxezarreta, al que se considera totalmente desvinculado de la banda terrorista y que ha perdido perdón a las víctimas. En su caso, se le instalará una pulsera de control telemático, por lo que terminará de cumplir la pena en su domicilio “con la obligación de seguir satisfaciendo con carácter mensual la cantidad que le está siendo retenida en concepto de pago de la responsabilidad civil”, destaca Interior en una nota.

Desde que el Gobierno anunció el cambio de la política penitenciaria en agosto de 2018, ya son 76 los reclusos etarras —17 desde comienzos de octubre— que han sido acercados. Otros 12 internos de la banda han pasado al tercer grado o semilibertad en estos dos años.

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