Sánchez asume la tutela del fondo europeo e implica a las autonomías
Presidentes autonómicos denuncian falta de concreción y dudan de la cogobernanza
Antes del coronavirus hubo seis conferencias de presidentes autonómicos en cuatro décadas; desde que estalló la epidemia ha habido 15. El presidente del Gobierno prometió este viernes en esa decimoquinta cumbre autonómica repartir la gestión de los fondos europeos entre La Moncloa y las comunidades, asegurándose la tutela de las ayudas en una comisión interministerial que dirigirá él mismo. La cita, en La Rioja, se prolongó durante cuatro hor...
Antes del coronavirus hubo seis conferencias de presidentes autonómicos en cuatro décadas; desde que estalló la epidemia ha habido 15. El presidente del Gobierno prometió este viernes en esa decimoquinta cumbre autonómica repartir la gestión de los fondos europeos entre La Moncloa y las comunidades, asegurándose la tutela de las ayudas en una comisión interministerial que dirigirá él mismo. La cita, en La Rioja, se prolongó durante cuatro horas, pero a su término los presidentes autonómicos del PP, así como Iñigo Urkullu —que finalmente sí acudió—, repitieron un mensaje similar: faltó concreción.
La lluvia europea de millones (140.000 millones, alrededor del 11,2% del PIB de 2019) no ha mitigado los recelos entre las autonomías y el Gobierno central sobre la gestión de la epidemia y la forma de afrontar la reconstrucción económica. Tras realizar en los últimos meses múltiples llamamientos a la unidad, el Rey acudió a primera hora al monasterio de Yuso, en San Millán de la Cogolla, para bendecir la vigésimo primera conferencia de presidentes, la número 15 desde que estalló la crisis del coronavirus. Algunos dirigentes acudían a regañadientes —preferían un encuentro telemático—, y la llegada por sorpresa del lehendakari Iñigo Urkullu con un pacto propio con el Gobierno central bajo el brazo, elevó varios grados el nivel de suspicacias. El mensaje que se extendió entre las comunidades gobernadas por la oposición es que los rebeldes —el presidente vasco había dicho que no iría— eran premiados con un trato de favor.
El presidente, Pedro Sánchez, calificó de “inédita” la caída del PIB —se hundió un 18,5% entre abril y junio— y admitió que vienen por delante “meses muy duros”. Pero a su vez aseguró que la fase más aguda ha quedado atrás. Sánchez reconoció que ya desde antes del coronavirus había territorios en España que no tenían “las mismas oportunidades que otros”, prometió mayor cogobernanza para superar la “emergencia económica y social” y se comprometió a que no haya “comunidades autónomas de primera y de segunda”. Durante su intervención ante los presidentes autonómicos, presentó un calendario claro del plan de reconstrucción con el dinero europeo y un método de trabajo más difuso, o así al menos lo juzgaron los interlocutores de los partidos de la oposición.
En el calendario marca en rojo dos citas: cada país beneficiario —España es el segundo que más ayudas recibe, tras Italia— puede presentar sus proyectos ante la Comisión Europea a partir del 15 octubre y hasta el 30 de abril de 2021. En cuanto al método para gestionar el fondo, Sánchez anunció la creación de una comisión interministerial, presidida por él mismo, y una unidad de seguimiento en el Gabinete de la Presidencia de Iván Redondo, que sigue acumulando poder en La Moncloa. También un “grupo de alto nivel” para establecer mecanismos de “colaboración público-privada” y coordinación con las comunidades autónomas a través de la conferencia sectorial que liderará la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El Ejecutivo aseguró que implicará, asimismo, a los Ayuntamientos, especialmente a los de grandes ciudades.
Preguntados al salir de una reunión que se prolongó unas cuatro horas sobre si estaban satisfechos con el método señalado por Sánchez para la cogobernanza, Urkullu mostró escepticismo: “Parece que se ha acuñado el término, pero tiene que ser ejercitada, no basta con enunciarla”.
Torra, único ausente
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, subrayó la falta de concreción y destacó que la conferencia había sido “informativa, no de papeles o acuerdos” y que lo único que le había quedado claro es la pretensión de Sánchez de que los fondos sean “tutelados” por el Gobierno central. “Nosotros hemos pedido más descentralización. El presidente ha dejado entrever que está dispuesto a valorarlo. Con un modelo similar al de los länder alemanes, a mí me vale. Hoy nos vamos con el compromiso de empezar a trabajar en septiembre, pero con malos datos económicos y sin concreciones”, resumió.
Feijóo y otros presidentes pidieron al Ejecutivo, según el presidente de la Xunta, una estimación de las perspectivas de recaudación de ingresos para este año, ante la posibilidad de un batacazo formidable. “Pero el Gobierno no ha querido hablar de eso. Y tiene muy mala pinta: una caída del 18% del PIB es una noticia demoledora”, declaró.
En esta ocasión, finalmente, el único ausente fue el mandatario catalán, Quim Torra, la comunidad con más rebrotes; Urkullu acudió a última hora tras negociar con el Ejecutivo la posibilidad de endeudarse en más de 2.000 millones, algo que levantó suspicacias entre varias autonomías. La cita congregó a un elevado número de personas, entre los dirigentes autonómicos, sus consejeros de Sanidad, los miembros del Gobierno central (los cuatro vicepresidentes y tres ministros) y más de 150 periodistas. Muchos presidentes autonómicos acudieron con mascarillas tuneadas con la bandera regional. En la de Sánchez estaba grabada la bandera española. A diferencia de Mariano Rajoy, el líder socialista no compareció al término del encuentro y no contestó preguntas. La próxima conferencia de presidentes, para evaluar el inicio del curso escolar, sí será telemática. Se celebrará a finales de agosto.
El Gobierno anima a instalar una aplicación anticovid
Pedro Sánchez animó ayer a los presidentes autonómicos a replicar el experimento de La Gomera, donde han probado una aplicación de alerta de contagios, Radar COVID. El presidente aseguró que se había confirmado su “fiabilidad” y que “permite doblar los resultados de los rastreadores manuales”. Sánchez señaló que las Administraciones están ahora “mucho mejor preparadas” para hacer frente a la epidemia que en marzo —”cuando no conocíamos el virus, no teníamos EPI, ni medicamentos ni conocimiento”—, pero pidió a los presidentes autonómicos que presten “máxima atención” al ocio nocturno para “cortar de raíz” los “botellones masivos o macrofiestas”.
Al tiempo, hizo un llamamiento a la responsabilidad individual en un momento en el que la cifra de contagios vuelve a niveles de mayo, cuando el país estaba bajo el estado de alarma. “El virus no se transmite por instituciones, sino por personas. Todos tenemos que ser conscientes y mantener las medidas de seguridad hasta que, esperemos que dentro de poco, la ciencia nos alegre la cara con un remedio en forma de vacuna”, dijo.
Desde el final del estado de alarma, las pruebas diagnósticas semanales han aumentado un 25%. Desde el inicio de la pandemia hasta el pasado 23 de julio se realizaron en España casi 6,7 millones: 4,3 millones han sido PCR; casi 2,1 millones, test rápidos, y cerca de 240.000, otras pruebas de anticuerpos. La media nacional es de 92 PCR y 142 pruebas totales por cada 1.000 habitantes. Sánchez explicó durante su discurso que “a medida que se han incrementado las pruebas diagnósticas, la incidencia acumulada en los últimos 14 días en España se ha triplicado respecto a dos semanas atrás”.
En total, desde que concluyó la desescalada se han comunicado 614 rebrotes (continúan activos 483) con un total de 7.900 casos. Sánchez señaló la diferente incidencia por territorios: en los últimos 14 días, 7 de cada 10 casos se han localizado en Cataluña. Después de esta autonomía, las comunidades más afectadas son Aragón y Madrid.