Arrimadas rinde cuentas ante sus vicepresidentes autonómicos
La cúpula de Cs intensifica la comunicación para evitar tensiones internas
Inés Arrimadas está consiguiendo girar por completo la estrategia de Ciudadanos sin excesivas tensiones internas, a pesar de que los principales dirigentes de su ejecutiva son prácticamente los mismos que hace un año avalaban el veto a cualquier acuerdo con el PSOE. Pero la apuesta centrista y los acuerdos con el Gobierno obligan a un delicado equilibrio sobre todo en los cinco Gobiernos regionales que el partido comparte con el PP, y en la votación de la última prórroga del estado de alarma algunos de los vicepresidentes autonómicos reclamaron estar más al tanto de las decisiones, por lo que ...
Inés Arrimadas está consiguiendo girar por completo la estrategia de Ciudadanos sin excesivas tensiones internas, a pesar de que los principales dirigentes de su ejecutiva son prácticamente los mismos que hace un año avalaban el veto a cualquier acuerdo con el PSOE. Pero la apuesta centrista y los acuerdos con el Gobierno obligan a un delicado equilibrio sobre todo en los cinco Gobiernos regionales que el partido comparte con el PP, y en la votación de la última prórroga del estado de alarma algunos de los vicepresidentes autonómicos reclamaron estar más al tanto de las decisiones, por lo que la cúpula ha intensificado la comunicación con sus barones.
El acuerdo de Ciudadanos con el Gobierno para respaldar la sexta prórroga del estado de alarma provocó algunos momentos de tensión en la dirección del partido la semana pasada, que se manifestaron en el chat de la ejecutiva con quejas de falta de información por parte de algunos vicepresidentes autonómicos, preocupados además por cómo los acuerdos con el Ejecutivo del PSOE podían afectar a sus respectos gabinetes de coalición con el PP. La cúpula ha intensificado la comunicación con sus barones para evitar discrepancias internas mientras mantiene firme el rumbo al centro y acaba de pactar con el Gobierno el primer acuerdo después de la alarma, para el apoyo del decreto de la llamada nueva normalidad.
En la nueva etapa del partido, la ejecutiva permanente es más reducida que la de Albert Rivera –ahora está formada por siete miembros, la mitad que la anterior- y se ha estrenado teniendo que tomar decisiones muy rápido en el contexto de una pandemia sin precedentes, porque las prórrogas del estado de alarma se votaban cada quince días en el Congreso, muchas veces después de negociaciones in extremis con el Gobierno. Los líderes territoriales siempre han estado fuera de este órgano, porque Ciudadanos se construyó contra las baronías, pero ahora los cinco gobiernos de Cs tienen un peso especial en un partido con solo 10 diputados en el Congreso, y algunos de ellos han reclamado más participación en la toma de decisiones. Arrimadas, a diferencia de Rivera, ha optado por contar más con el poder institucional del partido, aunque no desde su participación formal en los órganos.
Según distintas fuentes de la ejecutiva, algunos líderes territoriales, como el de Madrid, Ignacio Aguado, escribieron en el chat de la dirección la semana pasada mensajes de desconcierto al conocer el pacto del partido con el Gobierno para la sexta prórroga del estado de alarma. “Nos advirtieron con un WhatsApp y algunos se enteraron por la prensa, teniendo en cuenta que no era un acuerdo cualquiera”, relata un líder autonómico. Cs firmó su respaldo a la prórroga con el Ejecutivo después de que La Moncloa cerrara antes acuerdos con el PNV y ERC, y a algunos dirigentes les costó entender que el partido entrara en un pacto cuando sus votos ya no eran necesarios para que el Gobierno sacara adelante la prórroga.
Tampoco era cómodo votar junto a ERC, uno de sus principales adversarios políticos y en los Gobiernos autonómicos, todos en coalición con el PP, los pactos con el PSOE obligan a un delicado equilibrio político. La tensión, en todo caso, no estalló por la estrategia sino por la comunicación interna. En la dirección afirman que la interlocución siempre ha sido fluida con los vicepresidentes, pero según otras fuentes de la ejecutiva tras las quejas de la última semana se ha “ajustado” mejor la comunicación con los barones territoriales, y se ha pasado a informarles después de cada reunión de la permanente. En la cúpula remarcan en todo caso que la ejecutiva ampliada, de 38 miembros y en la que sí están los vicepresidentes, se reúne una vez al mes y las decisiones sobre la prórroga de la alarma no eran de tanta trascendencia.
Un modelo contra las baronías
En el último congreso de Ciudadanos, en el que Inés Arrimadas se hizo con el liderazgo del partido frente a Francisco Igea, vicepresidente de Castilla y León, uno de los debates principales fue el de la organización interna. Arrimadas e Igea defendieron dos modelos contrapuestos y ganó el de Arrimadas, que apostaba por mantener un partido sin “baronías”, frente a Igea, que abogaba por que los líderes territoriales tuvieran más peso y asiento en la ejecutiva.
En la dirección de Arrimadas están fuera de la permanente, que se reúne todas las semanas, los cuatro vicepresidentes autonómicos y la vicealcaldesa del Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, pero todos salvo Igea forman parte de la ejecutiva ampliada, de 38 integrantes, que se reúne una vez al mes. La decisión sobre las prórrogas del estado de alarma se ha tomado la mayoría de las veces en la ejecutiva permanente en lugar de en la ampliada.