Varias decenas de migrantes logran entrar a Melilla en un nuevo salto a la valla
Los subsaharianos se han dirigido al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes donde les han denegado la entrada
Unas 50 personas accedieron en la madrugada de este lunes a Melilla tras superar la valla que separa la ciudad de Marruecos en un salto masivo. Según la Delegación del Gobierno, al menos 260 inmigrantes intentaron entrar por una zona en la que las Fuerzas Armadas se encuentran desplegadas junto a la Guardia Civil, que habitualmente vigila la frontera. Un agente resultó herido leve al intentar contener al grupo. Dos sin papeles fueron detenidos y otros cuatro fueron trasladados en ambulancia al hospital con fracturas de tobillo e incisiones profundas.Alrededor de unas 50 personas han accedido e...
Unas 50 personas accedieron en la madrugada de este lunes a Melilla tras superar la valla que separa la ciudad de Marruecos en un salto masivo. Según la Delegación del Gobierno, al menos 260 inmigrantes intentaron entrar por una zona en la que las Fuerzas Armadas se encuentran desplegadas junto a la Guardia Civil, que habitualmente vigila la frontera. Un agente resultó herido leve al intentar contener al grupo. Dos sin papeles fueron detenidos y otros cuatro fueron trasladados en ambulancia al hospital con fracturas de tobillo e incisiones profundas.Alrededor de unas 50 personas han accedido este lunes a Melilla en un salto masivo tras superar el vallado que separa la ciudad autónoma de Marruecos. Al menos 260 personas han intentado entrar, según ha informado la Delegación del Gobierno, en una de las zonas más sensibles de la valla, cercana al aeropuerto, donde efectivos de las Fuerzas Armadas estaban desplegados junto a la Guardia Civil, que habitualmente vigila el perímetro fronterizo.
El salto se produjo sobre las cinco de la madrugada. Imágenes difundidas en las redes sociales muestran a los jóvenes caminando por las calles, aún de noche, en dirección al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde se les denegó el acceso. A las puertas de esta instalación, ya a primera hora de la mañana, varios heridos con contusiones y cortes leves fueron atendidos por personal de Cruz Roja que trabaja en el CETI y que se desplazó hasta allí antes de comenzar su turno, ante la petición del director, según confirmó la ONG.
Varios de los jóvenes que no lograron entrar en Melilla consiguieron esquivar a las fuerzas de seguridad marroquíes y volvieron a esconderse en los bosques que rodean las villas fronterizas de la provincia de Nador, a las faldas del monte Gurugú, donde no tienen acceso a víveres ni atención sanitaria. Imágenes difundidas por la Asociación Marroquí de Derechos Humanos muestran a algunos de ellos con heridas abiertas tras el intento de salto.
Alojados en una carpa
Tras varias horas esperando a las puertas del CETI, el grupo que superó la frontera fue trasladado a un espacio acondicionado cerca del aeropuerto. No serán acogidos en el centro, que registra su mayor saturación desde 2014, debido a las medidas especiales de contención del coronavirus. Según confirmó la delegación, este nuevo grupo se alojará en una carpa improvisada en un terreno cedido por un particular muy similar a la instalada por el Gobierno local para acoger a personas sin hogar y nacionales marroquíes que no pudieron regresar a su país tras el cierre de fronteras decretado el pasado 13 de marzo. La Cruz Roja realizó a los sin papeles los controles sanitarios previstos en el protocolo de seguridad ante la Covid-19.
Desde que se decretase en España el estado de alarma el 14 de marzo, el número de entradas por tierra en Melilla se ha reducido drásticamente con respecto al año anterior. Según datos del Ministerio de Interior, entre el 15 y el 31 de marzo se han registrado 22 entradas irregulares, frente a las 200 detectadas en 2019.
La de este lunes es la primera entrada masiva de personas a través de la valla que se produce en Melilla este año y la mayor desde octubre de 2018. Entonces, más de 300 personas intentaron superar el perímetro fronterizo y algo más de 200 lo consiguieron.
En 2019, se redujo el número de intentos colectivos de aproximación a la valla, fruto de la colaboración entre las autoridades españolas y marroquíes tras la reactivación en 2018 del conocido como convenio Corcuera, que permite la devolución a Marruecos de personas de terceros países que no sean solicitantes de asilo, y del endurecimiento del dispositivo fronterizo en el lado marroquí del perímetro.
El de este lunes es también el primer salto que se produce desde que en diciembre de 2019 comenzasen los trabajos de retirada de las concertinas y elevación de la alambrada en el lado español. Pese a la intención del Gobierno de Pedro Sánchez de eliminar los elementos más lesivos del vallado, la instalación de una auténtica barrera de cuchillas en la parte marroquí ha hecho mucho más peligroso cualquier intento de aproximación.
Caen las llegada, pero sigue el goteo de pateras a Canarias
Las entradas irregulares a España mantienen una tendencia a la baja desde hace un año y ahora las restricciones fronterizas a cuenta de la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus están conteniendo aún más los flujos migratorios. La ruta atlántica hacia las islas Canarias, sin embargo, registra un goteo constante de llegadas de pateras.
Hasta el 31 de marzo, 5.473 personas habían entrado irregularmente en España en 2020, un 18% menos que el año pasado, según datos del Ministerio del Interior. Las llegadas se han reducido más significativamente en las últimas tres semanas a medida que los países de origen y tránsito han ido cerrando sus fronteras e implementando restricciones a la circulación.
Durante las dos primeras semanas del decreto de estado de alarma en España, han llegado 274 personas, la inmensa mayoría por la ruta canaria. Las restricciones de movimiento impuestas por Marruecos para limitar la propagación del coronavirus complican aún más los planes de los migrantes y los subsaharianos están desviando su ruta de las costas del norte país a las del oeste, menos controladas.
Los naufragios siguen sucediéndose aunque de forma aún más silenciosa. Según la ONG Caminando Fronteras, 41 personas a bordo de una patera murieron la semana pasada durante su travesía hacia Canarias. Otro naufragio, que tampoco fue confirmado por las autoridades marroquíes, le costó la vida a 21 personas más el pasado 27 de marzo. Las víctimas de estos dos viajes se suman a las 26 ya registradas en esta ruta en lo que va de año y a las 43 personas muertas o desaparecidas en el Estrecho y el mar de Alborán, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones.
Por otro lado, desde que comenzó el estado de alarma y se impusieron restricciones aéreas en casi todo el mundo, no hay prácticamente solicitudes de asilo. Durante la semana del 16 al 22 de marzo, apenas se registraron 25 demandas y la semana siguiente, ninguna.