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Caravaca de la Cruz: naturaleza, gastronomía… y por si fuera poco, Año Santo

El Año Jubilar de Caravaca de la Cruz es algo único. Siete años después, los peregrinos más avezados (y los demás, también) podrán disfrutar de una ciudad llena de historia y cultura y conocer algunos de los tesoros de la Comarca del Noroeste, a tiro de piedra. Incluso antes de 2024

La Comarca del Noroeste es una de las más bellas y desconocidas de la Región de Murcia. Algo inmerecido, ya que tanto sus paisajes como su riqueza arqueológica, cultural y gastronómica son excepcionales.

La llamada Comarca del Noroeste, con capital en Caravaca, es una de las más bellas y desconocidas de la Región de Murcia. Algo inmerecido, ya que tanto sus paisajes como su riqueza arqueológica, cultural y gastronómica son excepcionales. La ciudad esconde antiguas leyendas alrededor de la Cruz que le da nombre, y que invitan a creer en los milagros. Al llegar salta a la vista, en lo más alto, la impresionante fortaleza que perteneció a la Orden del Temple y luego a la de Santiago, donde se alzó en el siglo XVII el Santuario de la Santísima y Vera Cruz que –según la tradición– custodia un pequeño leño procedente de la cruz de Jesucristo. La subida al Santuario, obligada para el viajero, es escenario cada dos de mayo de una de las fiestas más espectaculares y coloristas, los Caballos del Vino, que por sí solos merecen una visita. Quien acude en otras fechas, siempre puede visitar el Museo de la Fiesta, donde se exponen los trajes de moros y cristianos y los mantos –verdaderas joyas artesanales– que lucen los caballos.

Al llegar a Caravaca salta a la vista la impresionante iglesia renacentista de El Salvador.

Naturaleza, ahí al lado

A solo dos kilómetros del casco urbano, el Parque Natural de las Fuentes del Marqués despliega toda su belleza. Catalogado como Sitio Histórico, a los pies de la Sierra del Gavilán y el Buitre, fluyen manantiales de agua que le confieren un microclima especial. Y quienes deseen conocer el folclore más arraigado pueden acercarse al Museo de Música Étnica de Barranda, una pedanía cercana a Caravaca, donde se exhiben alrededor de mil instrumentos de diferentes épocas, continentes y culturas.

Cehegín, declarado como Maravilla Rural de España en 2019, ofrece a través de sus miradores unas vistas inolvidables.

Cehegín, maravilla rural

A sólo 6,5 km de Caravaca se encuentra Cehegín, declarado Maravilla Rural de España en 2019. Maravilloso, desde luego, es pasear por su casco histórico, declarado Conjunto histórico Artístico, o caminar por la historia de la región y de España a través de casas señoriales como la Casa Conde de Campillos, palacios como el de Villar de Felices y el de Jaspe, las iglesias de Santa María Magdalena y de la Soledad o el Santuario de la Virgen de las Maravillas, patrona de la ciudad y nombre por excelencia de muchas cehegineras. Maravillosos, y bellos, son los miradores que ofrecen vistas inolvidables. Tanto como sus punturas rupestres, declaradas Patrimonio de la Humanidad. Y maravillosa, sin duda, es la ciudad perdida romano-visigoda de Begastri, en la que se puede testimoniar también la presencia de la cultura ibérica desde el siglo IV a.C.

Ruta del vino de Bullas

Bullas (a 17 km de Caravaca) se yergue en una de las zonas más montañosas de la Región de Murcia. Su historia está ligada a la cultura del vino, como atestiguan sus numerosas bodegas y la riqueza cultural que destila la Ruta del Vino, en la que catar tintos, blancos y rosados con Denominación de Origen Protegida. El emblemático Museo del Vino, ubicado en una antigua bodega del siglo XIX, merece algo más que una breve visita para orientarse.

Bullas, a menos de 20 km de Caravaca, alberga tesoros como el Museo del Vino, ubicado en una antigua bodega del siglo XIX.

Pero Bullas es mucho más que brindis. Su orografía regala hermosos paisajes y espacios naturales como el Salto del Usero, en el curso alto del río Mula, con una cascada de agua de esas que dan envidia en instagram. Y todo aquel que recorra la Vía Verde del Noroeste, antiguo trazado de ferrocarril habilitado para el paseo y el cicloturismo, podrá disfrutar de la floración del Árbol del Amor con sus curiosas hojas en forma de corazón.

Calasparra, arroz y deporte al aire libre

La villa del arroz por excelencia, Calasparra, a 22 km de Caravaca, posee una situación geográfica privilegiada bañada por cuatro ríos y dos pantanos. Sus aguas riegan el primer arroz del mundo en obtener la Denominación de Origen e ingrediente ideal para deliciosas paellas, calderos… Antes o después de comer, el descenso del río Segura por el Cañón de los Almadenes en kayak o barca, rodeados por un Espacio Natural Protegido, es más que una tentación para amantes de la naturaleza.

Para los devotos de la naturaleza, los alrededores de Calasparra, con el descenso del Río Segura a través del Cañón de Almadenes, y Moratalla, con su cotizado camping, son una tentación.

En el trayecto también se puede disfrutar de otro gran atractivo de la localidad: los yacimientos arqueológicos de el Abrigo del Pozo y la Cueva de los Monigotes, con unas señoras pinturas rupestres. Entre las rutas para senderistas, con dificultades para todas las edades, destaca la que lleva hasta el bello Santuario de la Virgen de la Esperanza en el interior de una bella gruta junto al curso del río Segura. Los aficionados a la espeleología pueden visitar la Cueva del Puerto, la de mayor recorrido de la región, con una extensión de cinco kilómetros.

Moratalla, paraíso del turismo interior

La silueta de la Torre del Homenaje del Castillo de Moratalla sobresale en esta recogida y bella villa de callejuelas en cuesta, que fue encomienda de los Caballeros de la Orden de Santiago y ha sabido conservar su identidad intacta durante siglos.

Popular por su Semana Santa variopinta y libérrima, con tambores y nazarenos de túnicas únicas y multicolores, conserva en sus fiestas en honor al Cristo del Rayo el peculiar Desfile Huertano y los encierros por vereda y sueltas de ganado bravo. A estos alicientes, que hacen la ciudad diferente y única, se une otro, muy natural: una de las cumbres más altas de Región de Murcia, Peña Moratalla (1.974 m), de dificultad media y vistas imponentes. Para reponerse de la ascensión, nada mejor que gozar de su repostería, especialmente de su icónico mazapán artesanal. Pura delicia.

Moratalla es popular por su Semana Santa, variopinta y libérrima, con tambores y nazarenos de túnicas únicas y multicolores. La Torre del Homenaje preside el conjunto monumental.