Búscame ahí

Idilio rural en Carmona

Instantánea de un pequeño pueblo cántabro, perdido en un valle a medio camino entre los ríos Saja y Nansa. Y muy cerca de la famosa cueva del Soplao

El pueblo de Carmona, en Cantabria. Gonzalo Azumendi

Casonas montañesas de piedra y madera, calles adoquiadas, aperos de labranza, albarcas, vacas de raza tudanca y un verde paisaje de montañas. Perdido en un valle cántabro, a medio camino entre los ríos Saja y Nansa, el pueblo de Carmona parece sacado de un manual de instrucciones de arquitectura popular y turismo rural. Para empaparse del ambiente campestre, uno puede alojarse allí mismo, en la Posada El Puente o en la casa rural El Molino de la Tía Lalia. Y calzarse zapatillas de se...

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Casonas montañesas de piedra y madera, calles adoquiadas, aperos de labranza, albarcas, vacas de raza tudanca y un verde paisaje de montañas. Perdido en un valle cántabro, a medio camino entre los ríos Saja y Nansa, el pueblo de Carmona parece sacado de un manual de instrucciones de arquitectura popular y turismo rural. Para empaparse del ambiente campestre, uno puede alojarse allí mismo, en la Posada El Puente o en la casa rural El Molino de la Tía Lalia. Y calzarse zapatillas de senderismo para explorar la naturaleza de Cabuérniga, municipio al que pertenece Carmona. A unos diez kilómetros están las estalactitas, estalagmitas y otras formaciones fantásticas de la cueva El Soplao. Y un poco más allá, a unos 30 kilómetros, las dunas y la playa de Oyambre. Una inmersión rural total. 

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