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Juegos de guerra en la sierra de Madrid

Se llaman campamentos de orientación militar y han proliferado en España en los últimos años. Chavales de 7 a 21 años reciben instrucción y entrenamiento militar durante el verano en albergues juveniles que parecen cuarteles.

Las armas con las que apuntan los participantes en el campamento son de ‘airsoft´, réplicas exactas de las armas de guerra.B. P.
La munición de estas armas son bolas de plástico. Hay que utilizar gafas y tapabocas protectores para evitar lesiones.B. P.
Simulación del asalto a una vivienda. Los jóvenes llevan uniforme militar: pantalón mimetizado, camiseta verde oliva y chambergo.B. P.
Este campamento se llama Don Pelayo y se desarrolla durante 15 días de agosto en la sierra de Madrid.B. P.
Juan González, cabo 1º del Ejército de Tierra y director del campamento.B. P.
Gema, la coordinadora, imparte una clase de primeros auxilios con un maniquí.B. P.
Las armas de 'airsoft' son idénticas a las reales. En España la edad mínima para usarlas es de 14 años.B. P.
Juan González Triguero (de pie, en el centro), con un pelotón de jóvenes del campamento Don Pelayo.B. P.
La instrucción incluye formación, orden cerrado, defensa personal, supervivencia o combate urbano.B. P.
Cada uno de los campistas elige un apodo para que, si el “enemigo” les escucha, no sepa a quién se refiere.B. P.
Los alumnos se llaman “cadetes” y se dividen en secciones, cada una a cargo de un “oficial”.B. P.
La instrucción recibida se prueba en un ejercicio de campo que dura 36 horas y en el que se pasa la noche al raso.B. P.
Las armas son simuladas, pero los equipos de radio del Ejército son auténticos, aunque se hayan quedado obsoletos.B. P.
Aquí la disciplina es como en un cuartel, aunque no hay calabozos y con los más pequeños se abre la mano.B. P.
La pandemia ha obligado a incorporar este año un nuevo elemento a la uniformidad: la mascarilla. Nadie entra en el campamento sin el test de la covid-19.B. P.