Humanos o marionetas
Cada día, cuando me despierto siento que no soy dueño de mí mismo. Siento que un ejército de manipuladores manejan nuestra voluntad a su antojo con sofisticadas técnicas psicológicas dirigidas a nuestro indefenso y maleable cerebro primitivo. Así, a diario observamos inconscientes que comemos, vestimos o compramos lo que la insistente publicidad nos indica con sutileza. Viajamos a los destinos que las compañías aéreas quieren. Votamos a los políticos por su palabras y mensajes adornados de oratoria. Nos ilusionamos con falsas promesas que adormecen nuestra parte crítica y nos deja pacíficos y ...
Cada día, cuando me despierto siento que no soy dueño de mí mismo. Siento que un ejército de manipuladores manejan nuestra voluntad a su antojo con sofisticadas técnicas psicológicas dirigidas a nuestro indefenso y maleable cerebro primitivo. Así, a diario observamos inconscientes que comemos, vestimos o compramos lo que la insistente publicidad nos indica con sutileza. Viajamos a los destinos que las compañías aéreas quieren. Votamos a los políticos por su palabras y mensajes adornados de oratoria. Nos ilusionamos con falsas promesas que adormecen nuestra parte crítica y nos deja pacíficos y vulnerables.
Y, así, nos atacan por todos los flancos con una infinidad de manejos, manipulaciones, controles, influencias y falsas promesas que nos convierten, sin saberlo, en auténticas marionetas y poco a poco nos van haciendo olvidar que realmente somos humanos.
Joaquín Fernández Sánchez. Pozorrubio de Santiago (Cuenca)