Tiempo de elecciones

Las elecciones parecen estar a la vuelta de la esquina. Y los votantes contamos ahora con más elementos de juicio para depositar nuestro voto. No ha sido en vano todo este recorrido plagado de contratiempos y desavenencias; al contrario, hemos profundizado más sobre la calidad profesional y personal de nuestros representantes. Esperemos que las alocuciones enfáticas cargadas de promesas de dudoso cumplimiento, de las que ya hemos tenido algún anticipo, den paso a hechos que corroboren el compromiso real con los ciudadanos, siempre basado en expectativas efectivas y ciertas. A estas alturas, y ...

Las elecciones parecen estar a la vuelta de la esquina. Y los votantes contamos ahora con más elementos de juicio para depositar nuestro voto. No ha sido en vano todo este recorrido plagado de contratiempos y desavenencias; al contrario, hemos profundizado más sobre la calidad profesional y personal de nuestros representantes. Esperemos que las alocuciones enfáticas cargadas de promesas de dudoso cumplimiento, de las que ya hemos tenido algún anticipo, den paso a hechos que corroboren el compromiso real con los ciudadanos, siempre basado en expectativas efectivas y ciertas. A estas alturas, y considerando la existencia de una deseable madurez democrática, los votantes no nos dejamos seducir por un léxico brillante o por discursos rebosantes de hipérboles. Únicamente caeremos bajo el hechizo de la coherencia programática reconducida a hechos acordes con la misma.

María Pileño Martínez. Madrid