Una puntualización

Me gustaría puntualizar un artículo de Diego Manrique publicado este lunes en el que habla de mí. Con respecto al disco de Joaquín Sabina que produje, 19 días y 500 noches, decir que tras ese disco nunca hice nada comparable es, como menos, arbitrario. Sin duda es un disco del que estoy muy orgulloso. Pero ¿cuál sería el parámetro para compararlo?

Y la otra cuestión donde destila la mala voluntad más agria es decir, alegremente, que me he arruinado. Me parece un comentario que no aporta nada a la crítica del disco.

Y en el caso absurdo de que el periodista no pudiera rep...

Me gustaría puntualizar un artículo de Diego Manrique publicado este lunes en el que habla de mí. Con respecto al disco de Joaquín Sabina que produje, 19 días y 500 noches, decir que tras ese disco nunca hice nada comparable es, como menos, arbitrario. Sin duda es un disco del que estoy muy orgulloso. Pero ¿cuál sería el parámetro para compararlo?

Y la otra cuestión donde destila la mala voluntad más agria es decir, alegremente, que me he arruinado. Me parece un comentario que no aporta nada a la crítica del disco.

Y en el caso absurdo de que el periodista no pudiera reprimir el aparente placer que le aporta hacer ese comentario, está dándolo parcializado y cercenado.

Aposté todo a la carta de la música porque emprendí la romántica locura de montar una productora a la americana en España. Con un gran estudio de grabación, dando trabajo a más de 20 personas durante 20 años con sueldos muy por encima de la media, construyendo un lugar de trabajo luminoso y hermoso, estimulante para la creatividad de todos los que por allí pasaban... Y la crisis de la industria musical me destrozó. Hice frente a todos los finiquitos y me quedé con la deuda.

Alejo Stivel. Madrid