Cartas al director

La vida, esa es la cuestión

De pronto recibo noticias insoportables sobre gente a la que quiero, personas de mi entorno cotidiano a los que el destino ya les empieza a restar los días y sus insomnes noches. La vida puede ser un lugar difícil cuando uno se asoma a ese pozo oscuro de terribles presagios, como ese que se suele citar como “una terrible enfermedad”. La ciencia médica sigue avanzando para tratar de salvar la vida a quienes la están padeciendo. Las aportaciones para dotar de la mejor y más avanzada tecnología a favor de la salud deben ser debidamente aceptadas, agradecidas y reconocidas, sin que nadie deba arro...

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De pronto recibo noticias insoportables sobre gente a la que quiero, personas de mi entorno cotidiano a los que el destino ya les empieza a restar los días y sus insomnes noches. La vida puede ser un lugar difícil cuando uno se asoma a ese pozo oscuro de terribles presagios, como ese que se suele citar como “una terrible enfermedad”. La ciencia médica sigue avanzando para tratar de salvar la vida a quienes la están padeciendo. Las aportaciones para dotar de la mejor y más avanzada tecnología a favor de la salud deben ser debidamente aceptadas, agradecidas y reconocidas, sin que nadie deba arrogarse el derecho a oponerse a ello ni a vetar cualquier generosa iniciativa. Y menos con el miserable pretexto sobre cualquier supuesta circunstancia personal, política o ideológica del donante.

Jordi S. Berenguer, Barcelona.

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