Cartas al director

La culpa es de los algoritmos

El año comienza con negros nubarrones. Lo simultáneo nos invade y cada día nuestra mente se dispersa más; quizá por eso viene siendo más difícil encontrar, en cualquier campo, a alguien que haga bien su trabajo. No obstante, a pesar de los mediocres políticos que invaden los Gobiernos de más de medio mundo, las democracias, al ser prudentes instrumentos en sus formas, evitan que la frustración e indignación produzcan fracturas irrecuperables en la sociedad. O tal vez, ante tanta sinrazón, sea que el pensamiento racional y crítico retrocede. Y, si esto es así, ¿qué tiene de extraño que terminem...

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El año comienza con negros nubarrones. Lo simultáneo nos invade y cada día nuestra mente se dispersa más; quizá por eso viene siendo más difícil encontrar, en cualquier campo, a alguien que haga bien su trabajo. No obstante, a pesar de los mediocres políticos que invaden los Gobiernos de más de medio mundo, las democracias, al ser prudentes instrumentos en sus formas, evitan que la frustración e indignación produzcan fracturas irrecuperables en la sociedad. O tal vez, ante tanta sinrazón, sea que el pensamiento racional y crítico retrocede. Y, si esto es así, ¿qué tiene de extraño que terminemos siendo gobernados por populistas, neuróticos, indecentes, retrógrados y/o despóticos políticos? O, posiblemente, a lo mejor, tiene razón lo que nos dice Yuval Noah Harari y la culpa es de los algoritmos y nuestros pirateados cerebros que les votan.

Juan Antonio Valero Casado. Lleida

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