Cartas al director

El resultado de las elecciones andaluzas

“Lo que sucedió el domingo en Andalucía era de esperar”. Han sido varas las veces que he oído esta frase tras conocerse el resultado de las elecciones andaluzas. No creo que fuera de esperar. No creo que debamos normalizarlo. No creo que debamos asumirlo. ¿De verdad alguien se pensaba que en 2018 un partido de ultraderecha conseguiría 12 escaños? Yo no me lo esperaba, yo no lo asumo, y mi abuela, de 75 años, tampoco. No hablemos con tono catastrofista sobre ello. Asumamos la fuerza, el poder y el deber que tenemos como ciudadanos para luchar por los derechos de todos; indistintamente de nuestr...

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“Lo que sucedió el domingo en Andalucía era de esperar”. Han sido varas las veces que he oído esta frase tras conocerse el resultado de las elecciones andaluzas. No creo que fuera de esperar. No creo que debamos normalizarlo. No creo que debamos asumirlo. ¿De verdad alguien se pensaba que en 2018 un partido de ultraderecha conseguiría 12 escaños? Yo no me lo esperaba, yo no lo asumo, y mi abuela, de 75 años, tampoco. No hablemos con tono catastrofista sobre ello. Asumamos la fuerza, el poder y el deber que tenemos como ciudadanos para luchar por los derechos de todos; indistintamente de nuestra casta, credo, creencia y género. 

Margarida Rios Ribera

Barcelona

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Elección tras elección se repite en nuestro país un denominador común. La autocrítica, una vez más, no ha estado presente, y los que se consideran vencedores —a excepción de Ciudadanos— lo han conseguido a costa de la ausencia de mérito del resto. Así, el PSOE y Adelante Andalucía, lejos de analizar las causas de su pérdida de votos, han centrado sus discursos en proponerse como “dique de contención de la extrema derecha”. El PP sonríe de oreja a oreja aun a sabiendas de su retroceso y Vox cree que entrar con fuerza en el Parlamento de Andalucía solo responde a méritos propios. Nada más lejos de la intención del votante. Lo cierto es que los socialistas y populistas se han enredado en una amalgama de siglas y flirteos presupuestarios, independentistas y autonomistas, que socavan todo lo que considerábamos más o menos sólido. Los populares aún no son conscientes de que están inmersos en una crisis de credibilidad. Y Vox haría mal en creer únicamente que su 2-D es su 15-M.

Luis Alberto Rodríguez Arroyo

Santo Tomás de las Ollas (León)

Seguí atentamente los resultados de las elecciones andaluzas, y escuchando los discursos de los líderes de los partidos hago las siguientes reflexiones: me ha dado miedo el discurso de Pablo Iglesias: a las barricadas, a la lucha de clases; impresentable, horrible. Confío en la democracia, en el buen sentido y en hacer una buena oposición. Vox está en minoría y no le dejarán, nadie nos va a quitar lo conseguido. Y, por último, creo que lo que los andaluces le han dicho al PSOE es que no quieren que gobierne con Podemos.

Eloísa Justo Villalobos

Barcelona

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