Cartas al director

Aprender de Alemania

Señores políticos de España, del Gobierno y de la oposición, de Madrid, el cielo, Cataluña o La Mancha, váyanse una temporada al Reichstag, en Berlín, a ver cómo se hace política en un país, a ver cómo hay que tener presente el bien común de los habitantes a quienes se representa, sea a base de coaliciones, pactos o lo que más beneficie a España.

El señor Colomer nos lo explica muy claro en un artículo reciente: en España no sabemos lo que es una coalición y parece que tampoco los políticos luchan por el bien común, sino más bien por su partido e intereses.

Ese es nuestro gran pr...

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Señores políticos de España, del Gobierno y de la oposición, de Madrid, el cielo, Cataluña o La Mancha, váyanse una temporada al Reichstag, en Berlín, a ver cómo se hace política en un país, a ver cómo hay que tener presente el bien común de los habitantes a quienes se representa, sea a base de coaliciones, pactos o lo que más beneficie a España.

El señor Colomer nos lo explica muy claro en un artículo reciente: en España no sabemos lo que es una coalición y parece que tampoco los políticos luchan por el bien común, sino más bien por su partido e intereses.

Ese es nuestro gran problema en una época en que vamos hacia la agenda 4.0, es decir, hacia la revolución digital número 4; ya no es tanto el capital y la inversión quienes mandan, sino la información que se tiene de los usuarios. Lean la edición especial Die Nächste Revolution (La próxima revolución) del 4-6 de mayo del Handelsblatt y verán que aquí estamos discutiendo sobre problemas de la prehistoria, como si el presidente del Gobierno tiene un lapsus o Santamaría, su abuela o su oponente Cospedal se hincan los dientes.

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Les pagamos el viaje de buen grado si aprenden algo de un país al que la crisis migratoria ha puesto en grandes dificultades, pero que mira hacia el futuro. Y saluden a Carles Puigdemont, a ver si él también aprende algo, que buena falta le hace.— Eloísa Justo Villalobos. La Garriga (Barcelona).

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