Cartas al director

Orgulloso de mi país

Algo bueno está pasando en medio del caos generado por los independentistas. Por fin, sentimos nuestra bandera, patria, historia, empresas. Se ha despertado un sentimiento español generalizado. En el extranjero, veías a los americanos, alemanes, etcétera, con banderas en sus maletas, camisetas y gorras; la mayoría de los españoles pasábamos con la cabeza baja, como queriendo pasar desapercibidos, ocultando nuestro pasado y avergonzándonos de los años de aislamiento dictatorial. Lo hemos heredado de nuestros padres y abuelos, no sabíamos movernos por el mundo levantando nuestra bandera sin pare...

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Algo bueno está pasando en medio del caos generado por los independentistas. Por fin, sentimos nuestra bandera, patria, historia, empresas. Se ha despertado un sentimiento español generalizado. En el extranjero, veías a los americanos, alemanes, etcétera, con banderas en sus maletas, camisetas y gorras; la mayoría de los españoles pasábamos con la cabeza baja, como queriendo pasar desapercibidos, ocultando nuestro pasado y avergonzándonos de los años de aislamiento dictatorial. Lo hemos heredado de nuestros padres y abuelos, no sabíamos movernos por el mundo levantando nuestra bandera sin parecer franquistas o de extrema derecha. Hemos necesitado el empujón de los independentistas y antiespañolistas para sacar pecho por nuestro país, no sentir vergüenza y ponernos la camiseta de la selección española por la Quinta Avenida. Hay un punto de inflexión en esta crisis y lo vamos a aprovechar.— Javier Jiménez Palomeque. Londres (Reino Unido).

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