Tentaciones

Dinosaurios bailongos, cantantes tapizadas y otras estampas que vimos en el Low Festival

No solo Franz Ferdinand o The Hives arrasaron este fin de semana en Benidorm. Así vivimos el festival más desprejuiciado y variopinto del verano

Paco Poyato

Hay muchos prejuicios sobre Benidorm, pero en Benidorm solo hay sitio para la despreocupación. Es una postal de Martin Parr, con turistas rojizos que pasean sin complejos, rascacielos que empiezan en la arena y culminan con toallas en el balcón, guiris en jauría y jubilados delirantes en scooter. Todo es tan kitsch y tan hortera, que incluso la normalidad resulta excesiva. Es sol y sombra para todos, una ciudad de vacaciones masiva y mainstream. A excepción de este fi...

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Hay muchos prejuicios sobre Benidorm, pero en Benidorm solo hay sitio para la despreocupación. Es una postal de Martin Parr, con turistas rojizos que pasean sin complejos, rascacielos que empiezan en la arena y culminan con toallas en el balcón, guiris en jauría y jubilados delirantes en scooter. Todo es tan kitsch y tan hortera, que incluso la normalidad resulta excesiva. Es sol y sombra para todos, una ciudad de vacaciones masiva y mainstream. A excepción de este fin de semana, porque en el Low Festival están empeñados en consolidar su retiro indie y de momento no les va nada mal. El festival cerró en la ciudad deportiva Guillermo Amor su novena edición con récord de asistencia (83.000 asistentes), conciertos sin agobios y una programación hecha con el mismo espíritu de la ciudad: sencilla, cuidada y sin pretensiones. Pixies, Franz Ferdinand, Mando Diao, One Path, Agorazein, Dorian, La Casa Azul o RRUCCULLA componían este cartel de lo más heterogéneo. Repasamos algunos de los momentos más memorables del festival.

'Spanish lessons', por Nada Surf

“A mí me engendraron en una alfombra de hotel, de camino entre Benidorm y Madrid. Echaron un polvo de cojones y de ahí salí yo”. En el escenario Estrella Damm, Daniel Lorca aseguraba sentirse como en casa. Entre las confesiones del bajista y los intentos de Matthew Caws por hablar castellano, Nada Surf ofreció un concierto bilingüe con su repertorio habitual: Blizzard Of 77, Hyperspace, Always Love o Popular. Hasta un T-Rex que había entre el público meneaba la cola. No sé en qué momento se puso de moda ir a festivales disfrazado, pero gracias.

Las Odio: "Mira mi pulsera, yo soy artista"

En menos de un año y con Futuras Esposas recién publicado, Las Odio han pasado por tantos festivales que sus primeros conciertos en el infrandergraun parecen lejanos. Con la misma energía y desparpajo de sus letras se defienden en el escenario, cantando sus temas generacionales y contando la historia que hay detrás de sus himnos. Yo lo vi primero, esa oda a la estupidez del moderno de manual, Indiespañol, una reivindicación a la creación y la visibilidad femenina en los festivales, y por supuesto,la predictiva Blackout, calaron entre los presentes. Y eso que no lo tenían fácil. En el escenario grande Franz Ferdinand, con un Alex Kapranos que parece enfrentarse a la crisis de la mediana edad tiñéndose las puntas de verde, llenaba el recinto con sus nostálgicos Take me out o Do you want to y adelantaba los temas de su próximo álbum. Una escena que se repetiría con The Hives o Sidonie.

Paco Poyato

Justicia para Roosevelt

Su nombre lleva sonando desde hace años, cuando Marius Lauber, el productor que hay detrás de esta banda y que se curtió en clubs de Colonia, publicó un EP en 2013 que era el equilibrio perfecto de pop y electrónica y todas las reseñas eran buenas e invocaban a Hot Chip o Caribou. Roosevelt se ganó la aprobación de la crítica y sin embargo, sigue siendo un desconocido. Respaldado por su grupo y presentando las canciones de su primer largo homónimo, como Fever o Montreal, su directo en el escenario Matusalem se transformó en una auténtica pista de baile.

Las Chillers y la dignificación de la verbena

“Yo en los más íntimo quiero Chillers” es el lema de esta banda madrileña, y en el Low nadie se quiso perder su espectáculo. Con Pamela Anderson estampada en la camiseta y bañadores a lo Mitch Buchanon, Las Chillers saltaron al escenario para romper con la solemnidad de la música. Canciones históricamente denostadas como Cuando tú vas de Chenoa, Duro de Pelar de Rebeca o Yo quiero bailar de Sonia y Selena cobraron una vida más digna en su set, un repertorio de guilty pleasures y versiones de divas cañí. Aunque para reina del pop su líder Rocío Saiz, que desde el escenario o sobre el público dirigía este antikaraoke punk rock. ¿El objetivo? Hacernos felices durante un rato. Y lo consiguió. Un legado que recogería el domingo el dúo de Areces y Aníbal Gómez, Ojete Calor.

EL FESTIVAL 'GIGANTE' DE BENIDORM EN IMÁGENES

Xoel López no era el único que cumplía veinte.Paco Poyato

El cumpleaños de Xoel López

Antes de lanzar su próximo álbum Xoel López ha decidido hacer ejercicio de memoria. Desde sus inicios ingleses con I’ll see you in London, pasando por las míticas de Deluxe como Que no o Reconstrucción y finalizando con su período americano como Hombre de ninguna parte o Tierra; el cantante repasó las canciones que han marcado veinte años de carrera, reconciliando a los fans de cada una de las etapas de su trayectoria. 

Vivan Los Punsetes

Sus conciertos siempre son correctos y este no iba a ser menos. Clásicos como Tus Amigos o Museo de historia natural se mezclaban con los hits de su último disco ¡Viva!. Todo perfectamente coordinado con las visuales que se iban proyectando en las pantallas y la presencia estática de Ariadna. Porque la puedes ver dándolo todo en un concierto de Joe Crepúsculo, pero en los suyos la emoción va por dentro. Solo por sus estilismos de fantasía merece la pena pararte frente al escenario, como el vestido 'alfombrado' con el que salió a actuar en el Low. “Bueno… la Bjork española”, comentaban entre el público.

Entre toallas y buena música, la piscina era el mejor refugio del festival.Paco Poyato

Vip pool y cloro son mi pasión

Entre toallas, colchonetas y festivaleros acodados en la piscina con cerveza y doritos como en un resort maya, el otro Low Festival se libraba en la vip pool, por donde desfilaban Djs continuamente con propuestas de lo más variopintas: Diana Aller entre chapuzón y temazos de archivo, Las Díscolas DJ y su momento álgido con la Pepsi Cola, o las mezclas bien empastadas de La Résistance, o lo que es lo mismo, Fran Milla, un productor necesario en la escena de la música de club que no tiene miedo a la hora de mezclar trap con upbeats tempos, graves duros y sonidos de vanguardia. Como broche final, Esnorquel DJ, que se acabaría transformando en una suerte de Pamela Anderson (bañador y melena como uniforme), para reanimar a los que se quedaron hasta el cierre, con espectáculo de primeros auxilios incluido y muchas joyas del subnopop patrio. Una fantasía.

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