Bienvenidos a los valores

Llega un día en que un amigo que ha sido íntimo te advierte de la posibilidad de que te estés convirtiendo en un cínico. La policía de la moral anda buscando presas que llevarse a la boca. Fanatizados hasta los dientes, no entienden que no hayas hecho como ellos el tránsito del PSOE a Podemos. ¿No te estarás haciendo de derechas?, insinúan, tras su recientísima implicación en los asuntos políticos. Siempre se ha dicho que los conversos han sido los más radicales. Este caso lo demuestra. No entienden que algunos hemos sido educados en comunidades comprometidas, que nos ha educado la propia soci...

Llega un día en que un amigo que ha sido íntimo te advierte de la posibilidad de que te estés convirtiendo en un cínico. La policía de la moral anda buscando presas que llevarse a la boca. Fanatizados hasta los dientes, no entienden que no hayas hecho como ellos el tránsito del PSOE a Podemos. ¿No te estarás haciendo de derechas?, insinúan, tras su recientísima implicación en los asuntos políticos. Siempre se ha dicho que los conversos han sido los más radicales. Este caso lo demuestra. No entienden que algunos hemos sido educados en comunidades comprometidas, que nos ha educado la propia sociedad en la que crecimos, unas veces a través de valores religiosos, otras veces con valores cívicos (muchas veces ambos), que confluían en el respeto al otro, en su reconocimiento, en la ayuda a los desfavorecidos y en la convivencia.— Alfonso Javier León Sastre. Madrid.