Cartas al director

Turquía: siguen las incógnitas

Queda mucho por ver todavía sobre las consecuencias del fallido golpe de Estado en Turquía del pasado 15 de julio. Además de la vasta purga emprendida en el Ejército y en los más diversos sectores, especialmente el militar, el judicial y el educativo, pasando por el cierre de numerosos medios de comunicación, el presidente Erdogan ha afianzado su poder más allá de lo que podía permitirle la vía democrática.

Lo más inquietante es la pretensión del presidente de restaurar la pena de muerte, a pesar de que tal medida implicaría una inmediata suspensión de las difíciles negociaciones con E...

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Queda mucho por ver todavía sobre las consecuencias del fallido golpe de Estado en Turquía del pasado 15 de julio. Además de la vasta purga emprendida en el Ejército y en los más diversos sectores, especialmente el militar, el judicial y el educativo, pasando por el cierre de numerosos medios de comunicación, el presidente Erdogan ha afianzado su poder más allá de lo que podía permitirle la vía democrática.

Lo más inquietante es la pretensión del presidente de restaurar la pena de muerte, a pesar de que tal medida implicaría una inmediata suspensión de las difíciles negociaciones con Europa y sus implicaciones sobre la crisis migratoria sirio-iraquí. Para ello se ha buscado de manera expresa la complicidad de la población, cada vez más islamizada, como se vio en la multitudinaria manifestación que organizó su partido para mostrarle su apoyo.— Jaume Catalán Díaz. Girona.

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