Bryce Dallas Howard, la reina de los dragones

Para la actriz, que nació entre el ‘glamour’ de Hollywood, lo más importante es su familia. De risa sonora y estrepitosa, confiesa que la moda no es su fuerte

La actriz Bryce Dallas Howard en el estreno 'Pete's Dragon' en California, el pasado 8 de agosto. MARIO ANZUONI (REUTERS / Cordon Press)

Bryce Dallas Howard huele a realeza. Al menos en Hollywood. La primogénita del cineasta Ron Howard (Apolo 13, Una mente maravillosa, El código Da Vinci) proviene de una dinastía de actores. De niña jugó entre los alienes de Cocoon, en el rodaje de Un horizonte muy lejano la despertaban las cabras a diario y Tom Cruise fue una de sus niñeras más famosas. Ahora con una sólida carrera como actriz no hay saga que no cuente con ella. Y aunque el año pasado protagonizó ...

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Bryce Dallas Howard huele a realeza. Al menos en Hollywood. La primogénita del cineasta Ron Howard (Apolo 13, Una mente maravillosa, El código Da Vinci) proviene de una dinastía de actores. De niña jugó entre los alienes de Cocoon, en el rodaje de Un horizonte muy lejano la despertaban las cabras a diario y Tom Cruise fue una de sus niñeras más famosas. Ahora con una sólida carrera como actriz no hay saga que no cuente con ella. Y aunque el año pasado protagonizó la película más taquillera, Jurassic World confiesa que “en el supermercado no saben quien soy”. Lo dice satisfecha, con una risa sonora, desenfadada, sin tapujos.

El estilo de esta pelirroja, de 35 años, es casi inexistente pues asegura que no le interesa nada la moda. Lo afirma cubriéndose de cuando en cuando los michelines que se le quedan al aire mientras se ríe estrepitosamente. “Hoy visto de The Row, Jimmy Choo y joyas de Jennifer Meyer. Me lo he aprendido de memoria”, revela traviesa pasando un test que a Angelina Jolie, Kirsten Dunst o Kate Hudson no les costaría nada aprobar. Pero es que Howard está tallada con una madera muy distinta al resto de las estrellas. Más natural y menos glamourosa. Una vida en la que su única preocupación es su familia. “El reto de cualquier madre trabajadora es lograr tener una logística que permita equilibrar lo que era tu objetivo, que pasa a segundo plano, con ese otro ser [los hijos] que pasa a ocupar un primer lugar”, describe de sus hijos, Theo y Beatrice, de 9 y 4 años. Ambos son fruto de su matrimonio con el también actor y amor de juventud, Seth Gabel, y juntos van a todos los rodajes, tal cual lo aprendió años atrás cuando eran sus padres quienes estaban en el mundo de entretemimiento.

Su familia es el centro de todas sus conversaciones ya sea una entrevista o con un compañero de trabajo. El último, Robert Redford. “Cuando me ofrecieron el guion de Peter y el dragón, en mi mente ya estaba pensando en los colegios y en las vitaminas que tenía que llevar”, recuerda sobre este rodaje en Nueva Zelanda.

No todo es color de rosa. Howard no se queja de los privilegios que le brinda la industria por linaje y por talento. Pero tampoco oculta los problemas. No solo por ser famosa sino por ser mujer. “Con todo lo que quiero a mis hijos, también recuerdo las noches en vela dando el pecho, la falta de sueño fantaseando lo maravilloso que sería estar rodando”, admite. No es la primera vez que esta actriz habla de la depresión postparto, algo que vivió tras su primer alumbramiento y que conoce de cerca. De hecho con su segundo embarazo buscó ayuda para enfrentarse a una experiencia por la que pasan muchas mujeres. Una vivencia que la acercó más a su personaje en Peter y el dragón, que a sus ojos cuenta la historia de una mujer que se convierte en madre. “Porque cuando eres madre tienes que creer en lo imposible”, resume.

La década de reptiles

Para el resto de los mortales Peter y el dragón es solo la nueva versión del clásico de Disney de 1977. Y para la nueva generación de Howards, la película que convierte a su madre en la nueva reina de los dragones. “Al menos de los reptiles, aunque dado que rodé Jurassic World y Peter y el dragón una tras otra me traía un lío entre dragones y dinosaurios que no veas”, agrega con su habitual llaneza.

Y aún habrá más, porque Bryce Dallas Howard rodará el próximo año una nueva entrega de estas criaturas jurásicas, la que dirigirá Juan Antonio Bayona. La actriz está feliz. “¡Mi década de reptiles!”, exclama jubilosa. Doble alegría porque, como dice, conocía al cineasta español desde hace años pero se le había escapado. “O estaba embarazada o tenía un proyecto”, asegura sin recordar de qué película hablaron aunque por fechas solo puede ser Lo imposible.

Siempre vuelve a salir su familia de por medio. Le viene de casta. A pesar de que sus progenitores hicieron lo posible por darle una infancia normal, fuera de Hollywood. La actriz fue concebida en Dallas (de ahí su nombre) y criada en los bosques de Connecticut sin contacto con el glamour del cine. Howard padre siempre dice que su mayor arrepentimiento es haberse perdido el partido de baloncesto de su hija. “¡Solo se perdió uno! —exclama—. Para mí, nada me emociona más que la figura de LEGO que hicieron de mi personaje en Jurassic World. Mis hijos quedaron impresionados y a mí se me saltaron las lágrimas de ver que me llevaban en su bolsillo a todos lados”, recuerda.

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