Cartas al director

Campaña en antena

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los distintos partidos continúan moviendo sus fichas. Existe un verdadero fenómeno televisivo, los distintos dirigentes políticos participan en programas mediáticos que se desarrollan en un ambiente calmado, la intención no es solucionar el grave problema de nuestro país, sino sumar votos. Por ejemplo, hablar con niños sobre sus propuestas criticando a otros partidos sin pensar en sus propios fallos; o poniendo ejemplos no muy razonables sobre su cometido si llegaran a ser presidentes del Gobierno. Estos programas acaban resultando un arma de doble...

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Con las elecciones a la vuelta de la esquina, los distintos partidos continúan moviendo sus fichas. Existe un verdadero fenómeno televisivo, los distintos dirigentes políticos participan en programas mediáticos que se desarrollan en un ambiente calmado, la intención no es solucionar el grave problema de nuestro país, sino sumar votos. Por ejemplo, hablar con niños sobre sus propuestas criticando a otros partidos sin pensar en sus propios fallos; o poniendo ejemplos no muy razonables sobre su cometido si llegaran a ser presidentes del Gobierno. Estos programas acaban resultando un arma de doble filo ya que los políticos adoptan una postura por la que es más importante aparentar que actuar, que es justo lo que se quiere evitar con estas nuevas elecciones.— Jaime Cascón Ruiz. Sevilla.

Cuando ves un debate decisivo puedes apreciar grandes incoherencias en las actitudes de los candidatos respecto al pasado reciente, al margen de las mentiras o medias verdades que digan. Es parte del juego de la imagen. Pero visualizando un vídeo de hace menos de seis años en el que Pablo Iglesias aparece en la sombra de un boicoteo de estudiantes a Rosa Díez en la Universidad Complutense y recordando injustificables desprecios, me pregunto cómo es posible que una transformación así tenga un ápice de credibilidad para nadie, sobre todo en los casos de Alberto Garzón o Manuela Carmena, para mí la antítesis de Iglesias en la forma y en el fondo. El populista, al margen de ideas y razones, se sabe rodear como nadie para adaptar su imagen a tiempo.— Javier Sáez-Benito Suescun. Zaragoza.

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