Cartas al director

Natación sincronizada

Equipo de Natación Sincronizada Española, ese que durante los últimos 15 años asombró a España por su cualidad, belleza, determinación y esfuerzo inéditos en la disciplina, apabulló también al mundo entero. Ahí están sus medallas, sus reconocimientos, su alegría para la sociedad española. Ahora, el descalabro. Han pasado las decisiones de un presidente de federación, recambios generacionales (lógicos) y, desde luego, entrenadoras. De 1997 a 2012, Anna Tarrés fue la exitosa responsable de nuestras bailarinas del agua, pero España es así y por respondona, manducona, de rudas maneras, pe...

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Equipo de Natación Sincronizada Española, ese que durante los últimos 15 años asombró a España por su cualidad, belleza, determinación y esfuerzo inéditos en la disciplina, apabulló también al mundo entero. Ahí están sus medallas, sus reconocimientos, su alegría para la sociedad española. Ahora, el descalabro. Han pasado las decisiones de un presidente de federación, recambios generacionales (lógicos) y, desde luego, entrenadoras. De 1997 a 2012, Anna Tarrés fue la exitosa responsable de nuestras bailarinas del agua, pero España es así y por respondona, manducona, de rudas maneras, pero también por brillante, por eficaz y, ya que pasaba por allí, la echaron. ¿Dónde están ahora quienes criticaban su dureza en los entrenamientos? Nadie debe morir en el intento de un triunfo deportivo, desde luego, pero no es lo mismo dirigir futbolistas profesionales que formar adolescentes en una disciplina durísima que exige 11 horas en el agua diarias. Más valdría no tener que acordarse, pero nos acordamos de Tarrés.— Marián Bárcena.

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