Fieras Divinas

Juguetes

Llegaron los Reyes con sus regalos sabios: libros, tiempo, esperanza y un disfraz de Catwoman. Me queda de fábula. Marcando tipo, de negro y con tacones, me subo por las paredes, restallo mi látigo, ronroneo y reparto zarpazos a diestro y siniestro

Michelle Pfeiffer como Catwoman.

Llegaron los Reyes con sus regalos sabios: libros, tiempo, esperanza y un disfraz de Catwoman. Me queda de fábula. Marcando tipo, de negro y con tacones, me subo por las paredes, restallo mi látigo, ronroneo, reparto zarpazos a diestro y siniestro, seduzco cuanto me place y me deslizo entre los barrotes cuando tratan de enjaularme. Una fiera. Esta es la superheroína por la que yo renunciaría al mundo: una felina sagrada y justiciera, capaz de ver en la oscuridad y a...

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Llegaron los Reyes con sus regalos sabios: libros, tiempo, esperanza y un disfraz de Catwoman. Me queda de fábula. Marcando tipo, de negro y con tacones, me subo por las paredes, restallo mi látigo, ronroneo, reparto zarpazos a diestro y siniestro, seduzco cuanto me place y me deslizo entre los barrotes cuando tratan de enjaularme. Una fiera. Esta es la superheroína por la que yo renunciaría al mundo: una felina sagrada y justiciera, capaz de ver en la oscuridad y amar la negrura. Esta es mi epifanía: la mejor forma de solucionar un problema es adentrarse en él, vivirlo.

Con sus juegos, los niños recrean argumentos y gozan intensamente de victorias y triunfos; a veces tratan de dominar una experiencia terrorífica. Vestida de gata, yo juego a despojarme de mis costumbres para obedecer la llamada de lo profundo. Quiero atrapar ese algo que, una vez se apodera de una, ya no se olvida. Quiero ser ese algo. En el juego repetimos y repetimos; experimentamos con ritmos básicos para conocernos a nosotros mismos y buscar el restablecimiento de una situación primitiva. Si tan sólo pudiéramos hacerlo todo de nuevo, saldría perfecto. ¡Otra vez! Quiero transformar las vivencias más excitantes en hábitos. Quiero ser astuta y poderosa. Quiero vivir el instante y distinguir el tiempo para luchar, del tiempo para guardarse. Quiero comprender los ritmos extraños de los humanos. Quiero seguir escribiendo. El juego también puede esconder deseos silenciados, pero esto no es un juego. Catwoman fue una joven asesinada por descubrir un fraude.

Así como los leones rugen al cielo cuando descarga el trueno, Catwoman no se amedrenta. Desde que unos gatos callejeros enviados de Sekhmet, la diosa leona egipcia del poderío, la resucitaran, Catwoman se salva a sí misma. Señora de un reino doloroso, ella sabe que un beso puede ser mortal cuando significa algo. Sabe también que cuando Batman trata de salvar a una mujer, ésta acaba muerta o llena de resentimiento. Óiganla rugir. Será porque los seres amados no están ahí para que una no se pierda, o para ser salvados, sino para perderse juntos, para acompañarse en una aventura liberadora: la del camino que recorren sabios y sabias. Buscadores intrépidos que tropiezan y caen, persiguiendo una luz que se manifiesta en los márgenes de la noche. Arriesgan extraviarse para comprender algo que antes no sabían. No teman: ella no tratará de salvarles. Lo juro por mis bigotes.

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