Tentaciones
mundo friki

#Pebloisreal: Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se aman

Internet ha unido a la pareja de candidatos con relatos amorosos, cómic manga y un sinfín de memes

Una de las maravillas sobre #Peblo que circulan por Twitter, obra de @agui_chan

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se aman. Se aman porque el amor puede con todo: con las barreras ideológicas, con los casos de corrupción, con la competición por el trono de votos y hasta con la mismísima casta. Se aman y su amor es puro y verdadero. Lo dicen cientos de mentes creativas que se han dedicado los últimos días a gritar la unión de Pablo y Pedro por las ventanas de sus redes sociales. Lo dicen ellos, que han sido capaces de ver más allá de la disparidad de estaturas, los bailes de San Vito y los ...

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Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se aman. Se aman porque el amor puede con todo: con las barreras ideológicas, con los casos de corrupción, con la competición por el trono de votos y hasta con la mismísima casta. Se aman y su amor es puro y verdadero. Lo dicen cientos de mentes creativas que se han dedicado los últimos días a gritar la unión de Pablo y Pedro por las ventanas de sus redes sociales. Lo dicen ellos, que han sido capaces de ver más allá de la disparidad de estaturas, los bailes de San Vito y los House Water Watch Cooper del debate televisado del pasado lunes. Allá donde nosotros veíamos promesas, excusas y medias verdades pulular a sus anchas, ellos supieron ver más allá. Más allá de esas sonrisas deslumbrantes de Pedro Sánchez cuyo destinatario ahora queda claro. Y más allá de ese boli bic azul que, sospechamos, pudo perfectamente haber sido usado entre bambalinas para escribir notitas secretas, poesía incluso.

Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se aman porque España es mucho más fuerte que el tedio político y la abulia electoral. Y porque aunque algunos quieran a veces tomarnos el pelo, nosotros preferimos tomárnoslo con humor. Por eso nos hemos inventado a Peblo, la unión amorosa ¿ficticia? de Pedro y Pablo. PSOE y Podemos unidos en una tumultuosa y ardiente aventura que ha llenado internet de memes, montajes hilarantes y teorías conspiratorias que ríete tú del aterrizaje lunar. Sólo hay que bucear un poco en los hasthtags #Peblo, #PebloOTP y #PebloIsReal para dejarse llevar por la magia del amor.

En una época en la que resucitan como cada año los cuentos de Reyes Magos, Papás Noeles, renos voladores y vírgenes en el pesebre, nosotros preferimos creer que Peblo es real y que los líderes de PSOE y Podemos son OTP, esto es, One True Pairing, o en español: una pareja para gobernarlos a todos.

De repente, términos como OTP o ship (diminutivo de relationship usado para expresar que eres fan de una pareja ficticia concreta) que sólo habíamos utilizado para hablar de personajes y parejas de series, películas, libros o cómics, ha aterrizado como un meteorito contundente en la vida política de nuestro país.

Antes, fantaseábamos con la unión definitiva de Mulder y Scully, nos peleábamos entre los que shipeaban a Kate con Jack o con Sawyer en Perdidos, o a Bella con Edward o Jacob en Crepúsculo. Ahora, por obra y gracia de internet, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se han unido al grupo de OTPs verdaderas, junto con Ross y Rachel, Han y Leia y Hermione y Ron. Y hasta tienen su propio nombre de pareja, échate a un lado Brangelina (Brad Pitt y Angelina Jolie), aquí llega Peblo.

¿Y qué sabemos de Peblo aparte de que su amor es puro, verdadero y, como indican sus seguidores, real? Pues si hacemos caso a los fics (relatos escritos por fans basados en obras o personajes mayoritariamente ficticios) que ya pululan por Wattpad y Tumblr sobre la pareja, lo primero que confirmamos es que la suya es una historia digna de telenovela interminable.

En el relato Podemos… ser amigos, Iñigo Errejón es un pobre despechado con el corazón partido porque Pedro Sánchez le ha robado el hombre de su vida. En You are my sunshine Pedro, que no puede quitarse de la cabeza ese “No te pongas nervioso” del debate, sueña con enterrar sus manos en la coleta de Pablo mientras le besa apasionadamente. En Peblo o Palbert, el ship definitivo, Albert Rivera se da como loco al fuet para soportar los celos cuando el líder del PSOE le arrebata a su hombre.

Pero si hay una temática que se repite en estos relatos decididos a documentar la que probablemente sea la historia de amor más truculenta y descacharrante de nuestra democracia, es aquella que le sigue la sombra a Christian Grey y Anastasia. En 50 sombras de Pedro, Pablo acude a entrevistar a Pedro sustituyendo a Monedero, sospechamos (porque así se insinúa), con eróticos resultados. Y en Fifty Shades of Peblo, nada de tonterías, entremos directamente al meollo del asunto, con un Pedro que pide, excitado, que Pablo le llame “Presidente” y un Pablo con una única manera de detener tan intenso frenesí: usar su palabra de seguridad. Troika.

El amor es así. A veces un poco loco, a veces imposible, a veces completamente inesperado, y a veces todo lo anterior junto. ¿Y quién somos nosotros para ponerle trabas al amor? ¿Acaso no estamos en elecciones? ¿Y acaso el fin último de las elecciones no es dejar que el pueblo hable y decida? Pues ya está, el pueblo ha hablado, y ha decidido que #PebloIsReal.

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