Antonio Banderas y Marbella, un tándem solidario

El actor malagueño, acompañado de su novia Nicole Kimple, reúne a decenas de celebridades en la Gala Starlite

Antonio Banderas y su pareja en la galaFoto: atlas | Vídeo: Joh Nazca

Un verano más hay una noche en la que la mayor concentración de famosos por metro cuadrado en España se desvía de Formentera e Ibiza y toma Marbella. Los fotógrafos abandonan sus largos objetivos porque los tienen a tiro: todos están en la alfombra roja de la Gala Starlite, que la noche del domingo celebró su VI edición con la antigua mina de Nagüeles como escenario. Aunque no hay dudas: el más buscado y vitoreado sigue siendo Antonio Banderas, de nuevo el anfitrión de una de las galas benéficas más relevantes de España....

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Un verano más hay una noche en la que la mayor concentración de famosos por metro cuadrado en España se desvía de Formentera e Ibiza y toma Marbella. Los fotógrafos abandonan sus largos objetivos porque los tienen a tiro: todos están en la alfombra roja de la Gala Starlite, que la noche del domingo celebró su VI edición con la antigua mina de Nagüeles como escenario. Aunque no hay dudas: el más buscado y vitoreado sigue siendo Antonio Banderas, de nuevo el anfitrión de una de las galas benéficas más relevantes de España.

Cinco noches en cinco años y casi 1,5 millones de euros recaudados (a falta de las cuentas de esta edición). Una de las claves del éxito del Starlite, apunta Banderas, es “la cantidad de amigos que vienen a la gala sin cobrar y se animan a participar”. Amenizan la velada quienes tienen en su agenda una actuación en el festival cercana a la noche benéfica. “A ellos es más fácil pedirles un favor, porque no tienen que desmontar sus agendas”, puntualiza el actor malagueño. Así que la noche del domingo subieron al escenario artistas como Laura Pausini, la bailaora Sara Baras, el Mago Pop, Francisco y una pareja clásica como son Ana Belén y Víctor Manuel.

El efecto Banderas no se puede menospreciar, y acudieron a su llamada un variopinto grupo de celebridades que llegaron antes de tiempo y tuvieron que esperar algo más de la cuenta a que el photocall estuviera lleno de fotógrafos. Se dejaron ver clásicos de la época dorada de Marbella como Gunila Von Bismarck, Ana Obregón, la diseñadora Elena Benarroch, el cantante Juan Peña, habituales del papel cuché como Eugenia Martínez de Irujo y Carmen Lomana y un largo etcétera. Todos vestidos de etiqueta con más o menos acierto. Eso sí, este año con una novedad en la lista de invitados: por primera vez junto al nombre del intérprete malagueño, que acaba de presentar su película Los 33 sobre los mineros atrapados en Chile durante dos meses, aparecía el de su novia, Nicole Kimple. Él ejerció de anfitrión para ella y su hermana gemela, que asistían con estupor a una noche que quizá se alargó más de lo deseado. “Ella no pertenece al mundo del espectáculo. ¡Pero posa mejor que yo!”, advertía Banderas a los periodistas.

De 500 a 1.000 euros para degustar el menú, en esta ocasión elaborado por los chefs Dani García, José Luis Estevan y Joaquín Felipe, los dos últimos del restaurante Mil Lunas by Millesime. Antes de la cena (un tartar de tomate, tartar de salmón con gazpacho verde y timba de pato) y la fiesta posterior —algo apagada—, todas las celebrities estamparon su firma en un Ford Mondeo Vignale, uno de los patrocinadores del festival, para su posterior subasta. En la puja, guitarras, joyas, distintos viajes o un lavabo de oro, aunque el éxito, además de para el coche, fue para los toreros Enrique Ponce y Cayetano Rivera. Fuera de guion, el primero subastó un traje de luces que superó los 30.000 euros y hubo quien pagó 15.000 para disfrutar de un día de capea y comilona con el hijo de Paquirri. “Sin Antonio [Banderas] la gala no sería lo que es hoy y ni hubiéramos recaudado lo que hemos recaudado”, decía Sandra García-Sanjuán, fundadora de Starlite y coanfitriona de la gala. Y no le faltaba la razón, en el momento en el que él se subía al escenario las pujas se animaban. Más aún cuando el actor se lanzó a tocar una de las guitarras en liza.

Victor Mnauel y Ana Belen, durante su actuación en Starlite.gtres

El 100% de lo recaudado se destina a causas benéficas, entre ellas para la fundación que preside el actor Lágrimas y Favores. “Notamos la crisis unos tres años después de que empezara. Pero ya hemos remontado”, se alegra Banderas, que se animó a convertirse en el rostro más visible de esta noche después de que García-Sanjuán viajara hasta Los Ángeles para contarle su idea y hablarle de su fundación, Niños en Alegría, que ya han construido 12 escuelas en México. A él le pareció una buena manera para que la suya —“sin equipo organizativo que cobre”— alcanzara sus objetivos económicos para dar unas 50 becas anuales a estudiantes de posgrado y ayudar a Cáritas y a la fundación Cudeca, que trabaja con enfermos de cáncer. “Esta noche es nuestra mayor fuente de financiación”.

La cantante italiana Laura Pausini.gtres

Y como es una gala benéfica, también se premió “a gente que es activista”, dice Banderas. Si el año pasado hubo un elenco más bien internacional, con la actriz Mia Farrow o el magnate Carlos Slim como cabezas de cartel, este año los premios fueron, entre otros, para Laura Pausini, Imanol Arias y una emocionada Irene Villa.

Ana ObregonEuroimagen

“Antes en Marbella había un bajío terrible, y eso causó mucha inseguridad jurídica a la gente. Eso va cambiando poco a poco. Ya empezamos a remontar, y para mí estar aquí es importante porque es mi tierra y en Marbella es donde ha nacido mi hija [fruto de su matrimonio con la también actriz Melanie Griffith]. El festival da trabajo a 500 personas y es un respiro para la ciudad. Lo que tenemos que intentar es que se rompa la estacionalidad y la ciudad no solo ofrezca estos atractivos en verano”, aseguraba el actor.

Desde hace seis años Antonio Banderas tiene esta fecha marcada en su calendario. ¿Una excusa perfecta para poder pasar en su tierra su cumpleaños (este año sopló 55 velas)? “Sin duda”, lanza al momento con una carcajada. Como adelantaba un par de días antes por teléfono, se trataba de reír y montar una fiesta. Y para él y sus amigos lo consiguió.

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