Columna ucrónica

¿Me vais a permitir una columna ucrónica? Pues allá voy: ¿Qué hubiera pasado si no se hubiera producido 'El Tamayazo'?

Los diputados tránsfugas, Eduardo Tamayo ( i) y María Teresa Sáez, sentados en sus escaños del grupo Mixto, durante un pleno de la Asamblea de Madrid en 2003.Gorka Lejarcegi

¿Me vais a permitir una columna ucrónica? Sé que lo sabéis, pero por si acaso: la ucronía es un género literario que propone una versión alternativa de la historia. Que hubiera pasado si… Los nazis hubieran ganado la guerra, los dinosaurios no se hubieran extinguido, Rosa de España hubiera ganado Eurovisión… etcétera.

Pues allá voy: ¿QUÉ HUBIERA PASADO SI NO SE HUBIERA PRODUCIDO EL TAMAYAZO?

El 10 de junio Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez desayunan un café bebido, van a votar y efectivamente votan...

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¿Me vais a permitir una columna ucrónica? Sé que lo sabéis, pero por si acaso: la ucronía es un género literario que propone una versión alternativa de la historia. Que hubiera pasado si… Los nazis hubieran ganado la guerra, los dinosaurios no se hubieran extinguido, Rosa de España hubiera ganado Eurovisión… etcétera.

Pues allá voy: ¿QUÉ HUBIERA PASADO SI NO SE HUBIERA PRODUCIDO EL TAMAYAZO?

El 10 de junio Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez desayunan un café bebido, van a votar y efectivamente votan: Rafael Simancas es investido presidente de la Comunidad de Madrid con el apoyo de los 9 diputados IU. El PP acepta los hechos con caballerosidad, en declaraciones de su entonces presidente Mariano Rajoy: “El PSOE está en su derecho de pactar con IU para conseguir la presidencia de la Comunidad. Una alianza entre la izquierda no es el apocalipsis. Desde el PP le deseamos lo mejor”. Comienza una nueva era, que al principio bien pero luego regular. Resumiendo mucho, Rafael Simancas se convierte en un líder fuerte dentro del partido, lo que se podría llamar un superbarón, y gana las siguientes dos elecciones con mayoría absoluta y hace de su capa un sayo y afloran los casos de corrupción entre sus adláteres y eso. Incluso protagoniza un escándalo con unos agentes de movilidad, porque aparca su coche en medio de la Gran Vía para sacar dinero de un cajero. Nada parece frenarle. Pero entonces, surge la figura de una mujer que, desde abajo, y liderando el descontento de un amplio sector de la ciudadanía, consigue plantar cara al plutócrata. Su nombre: ESPERANZA AGUIRRE.

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