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El blog de viajes
Por Paco Nadal

Un lugar imprescindible en Birmania: el lago Inle



Cuando viajas continuamente corres el riesgo de perder la capacidad de asombrarte. No es que te deje de gustar el perpetuo movimiento ni te ponga menos 14 horas de avión en un asiento modelo Tortura en clase turista que tu cama con colchón de látex. Pero te invade un cierto aroma de déjà vu, la percepción de que te cuesta encontrar cosas diferentes que te emocionen. Llevaba un cierto tiempo así, hasta que la semana pasada descubrí un lugar que me conmovió como hacia tiempo...

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Cuando viajas continuamente corres el riesgo de perder la capacidad de asombrarte. No es que te deje de gustar el perpetuo movimiento ni te ponga menos 14 horas de avión en un asiento modelo Tortura en clase turista que tu cama con colchón de látex. Pero te invade un cierto aroma de déjà vu, la percepción de que te cuesta encontrar cosas diferentes que te emocionen. Llevaba un cierto tiempo así, hasta que la semana pasada descubrí un lugar que me conmovió como hacia tiempo que no me ocurría: el lago Inle, en Birmania.

El Inle es el segundo lago más grande de Birmania. Una lámina acuosa de 100 kilómetros de largo por apenas 5 de ancho y una escasa profundidad (no más de 3 metros en temporada de lluvias). Hay más de 200 aldeas alrededor, la mayoría de la etnia intha.

Aunque ya está empezando a llegar el turismo, el lago Inle es una de las zonas más puras y bien conservadas que he visto desde hace muchos años. Sus habitantes llevan aún una vida acuática, como la de sus antepasados. Nada parece haberse modernizado en el lago. Los intha viven en casas-palafito sobre el agua, comercian y faenan en delgadas piraguas, planta tomates y otros cultivos sobre el agua, sacan del agua su sustento, sus templos se levantan sobre la laguna… Son los auténticos hombres-pez.

La principal ciudad y centro de operaciones para el viajero es Nyaung Shwe, a unos 620 kilómetros al norte de Yangon (hay buses desde Yangon y Mandalay; el aeropuerto más cercano es Heho). Aquí sí que se nota la mano del turismo: en la calle principal y adyacentes se agolpan restaurantes, hoteles de más o menos lujo, guest-house, negocios de alquiler de bicicletas o motos y agencias de viaje que te organizan excursiones en bote por el lago (más que recomendable), paseos a pie por las riberas, rutas a caballo… y lo que quieras.

El lago Inle me impactó. Me parece una de las maravillas de Birmania. Un sitio que os recomiendo encarecidamente incluir si estáis pensando visitar Myanmar.

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Os dejo algunas fotos que tomé allí:

Comentarios

C'mon, get out of this place. It is not beautiful
¡Excelentes fotos! me lo apunto
Hermano: Creo que tienes toda la razón cuando dices "pero te invade un cierto aroma de déjà vu, la percepción de que te cuesta encontrar cosas diferentes que te emocionen". Me está empezando a ocurrir, y no me gusta. Cuando visitaba Camboya (hace unos pocos meses), en la zona de Ratanakiri te enseñan muchas pequeñas cascadas o cataratas, yo ví una y me negué a ir al resto... Después de haber visto las cataratas Victoria, por ejemplo, en tema de cataratas va uno 'sobrao'. Y lamento que sea a sí pero la percepción (como tu dices) por ahí va. Un abrazo (buenas fotos, compañero).
Paco,Es tan cierto lo que dices acerca de la dificultad cada vez mayor de encontrar algo diferente mientras viajas. Me hizo pensar mucho.Hermosas fotos.Un saludo
Que ganas le tengo a este país!Desde 2010 que lo tengo en mente, espero poder disfrutarlo este Setiembre y descubrir el lago
Soy seguidora de tu blog y ahora estoy precisamente en Birmània (Yo tambien lo prefiero a Myanmar..). He estada en inle y te dos la Ramon en Todo. És una maravilla observar la vida de estàs persones que viva con el agua, del agua, en el agua... Un abrazo!

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