Mejoras en las ciudades
No sé qué pasa en mi ciudad, ¿en la tuya también ocurre? Cada mañana hay una fila de coches semiparados en la calzada porque están asfaltando una de las vías principales de mi barrio. De repente han empezado las obras que tanta falta le hacían al parque, y las flores de los maceteros, que también se han multiplicado, lucen más bonitas que nunca. Todos los días los periódicos locales dan grandes noticias en las que se anuncian miles de plazas convocadas en nuevas oposiciones, la creación de cientos de puestos de interinos o la licitación de las obras para ampliar algún colegio público.
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No sé qué pasa en mi ciudad, ¿en la tuya también ocurre? Cada mañana hay una fila de coches semiparados en la calzada porque están asfaltando una de las vías principales de mi barrio. De repente han empezado las obras que tanta falta le hacían al parque, y las flores de los maceteros, que también se han multiplicado, lucen más bonitas que nunca. Todos los días los periódicos locales dan grandes noticias en las que se anuncian miles de plazas convocadas en nuevas oposiciones, la creación de cientos de puestos de interinos o la licitación de las obras para ampliar algún colegio público.
¿También pasa donde vives tú? Que ahora, de repente, no hay ni un solo día de la semana sin una mesa redonda sobre sanidad, juventud, discapacidad, política social y un eterno etcétera. Es curioso, ¿verdad? Creo recordar que la última vez que pasó algo parecido fue hace cuatro años. ¿Por qué será que este tiempo tan feliz se repite así como de forma cíclica? No dejo de preguntármelo.— Nadia Hamam.