Los Gasol
El pasado domingo se ha celebrado la 64ª edición del All Star en el Madison Square Garden de Nueva York, protagonizado por los mejores jugadores de la NBA. Pero este partido ha registrado un hecho excepcional, histórico, único y difícilmente repetible, que nos llena de orgullo a los aficionados españoles. Evidentemente, me refiero a la participación estelar de Pau y Marc Gasol que, además de ser titulares en sus respectivos equipos, protagonizaron el salto inicial del encuentro. Ninguna de estas dos circunstancias se habían registrado con anterioridad en los choques All Star, que se disputaron...
El pasado domingo se ha celebrado la 64ª edición del All Star en el Madison Square Garden de Nueva York, protagonizado por los mejores jugadores de la NBA. Pero este partido ha registrado un hecho excepcional, histórico, único y difícilmente repetible, que nos llena de orgullo a los aficionados españoles. Evidentemente, me refiero a la participación estelar de Pau y Marc Gasol que, además de ser titulares en sus respectivos equipos, protagonizaron el salto inicial del encuentro. Ninguna de estas dos circunstancias se habían registrado con anterioridad en los choques All Star, que se disputaron por primera vez en 1951 en Boston. Pero el hito de los hermanos Gasol resulta superlativo si tenemos en cuenta que son europeos, blancos y pívots, una posición dominada históricamente por la potencia física de los centers estadounidenses negros. De hecho, resultaría imposible citar el nombre de algún reboteador blanco cuyo protagonismo o trascendencia en el juego sea similar al de los chicos de Sant Boi en la liga americana. Curiosamente, el mayor de ellos, Pau, inició su carrera en la NBA —14 temporadas y cinco presencias en el All Star— en el Madison Square Garden. Su trayectoria en los Memphis Grizzlies, Los Ángeles Lakers y actualmente en los Chicago Bulls está marcada por el éxito. Asimismo, Marc acumula unas estadísticas y protagonismo sobresalientes en los Memphis Grizzlies desde 2008. Pero los impresionantes logros baloncestísticos de ambos quedan eclipsados por sus cualidades humanas. Exhiben una sencillez y humildad extraordinarias, unos valores deportivos y un compromiso social que los convierten en un referente para toda la sociedad. Gracias, campeones.— Javier Prieto Pérez.