Rompiendo el silencio de las víctimas de violación

Jineth Bedoya, periodista colombiana secuestrada y violada / Álvaro García

"Mi decisión de vida fue no tener hijos. Pero ellas se han convertido en mis hijas. Todas las semanas procuro siempre sacar el espacio para atender algún caso, para visitarlas. Ya son muchísimas las mujeres maltratadas que me han buscado pidiéndome ayuda, que han denunciado sus casos, a las que he acompañado a los tribunales. Todas las semanas tengo contacto con algunas de ellas, repasamos que ha pasado y nos damos moral mutua". Lo relata Jineth Bedoya por teléfono desde su despacho como subdirectora en la redacción de El Tiempo, en Bogotá. Fue secuestrada, violada y tortura...

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"Mi decisión de vida fue no tener hijos. Pero ellas se han convertido en mis hijas. Todas las semanas procuro siempre sacar el espacio para atender algún caso, para visitarlas. Ya son muchísimas las mujeres maltratadas que me han buscado pidiéndome ayuda, que han denunciado sus casos, a las que he acompañado a los tribunales. Todas las semanas tengo contacto con algunas de ellas, repasamos que ha pasado y nos damos moral mutua". Lo relata Jineth Bedoya por teléfono desde su despacho como subdirectora en la redacción de El Tiempo, en Bogotá. Fue secuestrada, violada y torturada el 25 de mayo del 2000.

Bedoya necesitó nueve años para comprender que no era hora de callare hizo pública su historia con todo tipo de detalles en agosto de 2009. No es hora de callar. La frase ha sido el emblema de una iniciativa suya que desde aquel día invita a denunciar la violencia sexual a través de conferencias, conciertos o videos. Como este, protagonizado por futbolistas de la selección colombiana.

Durante los tres años primeros años, la iniciativa se desarrolló a puerta cerrada. "Solo me dedicaba a compartir con las víctimas en medio de conferencias. En 2012 No es hora de callartomó otro rumbo extendiéndose a nivel nacional. Y el año pasado logré que la Federación Colombiana de Fútbol firmara un acuerdo conmigo para llevarla a los estadios", explica Bedoya, que aún hoy vive amenazada. Nunca va sola. ya sea de día o de noche. Seis escoltas acompañan su coche blindado. Al otro lado del teléfono, tras un suspiro dice: "Todo esto hace parte, no solamente de mi vida, sino de mi minuto a minuto".

En un especial publicado por el periódico El Tiempo los expertos resaltan que "cada seis horas, una mujer colombiana es abusada por causa del conflicto armado y un promedio diario de 245 son víctimas de algún tipo de violencia. Entre 2001 y 2009, más de 26.000 mujeres quedaron embarazadas a causa de violación, y en la última década cerca de 400.000 fueron abusadas. Acción Social tiene registradas más de 1,95 millones de desplazadas: el 30% salió de sus hogares por violencia sexual y el 25% volvió a sufrir abuso en su lugar de refugio". Lo más grave es que, según Oxfam Intermón, el 98% de los casos permanecen impunes y en la mayoría de las ocasiones los agresores viven al frente de casas o están dentro de sus hogares.

"Desde hace ya varios años venimos documentando cómo en medio del conflicto armado colombiano el cuerpo de la mujer se ha convertido en arma de guerra", cuenta Jineth Bedoya. "Es aterrador lo que hemos encontrado y me imagino que ahora con el proceso de paz con las FARC encontraremos casos mucho más aterradores. Sin lugar a dudas la violencia sexual se convirtió en un arma constante que hoy en día es incontrolable en muchas zonas del país, que sigue ocurriendo, y que, lamentablemente, no ha recibido la atención necesaria por parte del Estado", explica esta periodista, que también es la portavoz del proyecto Mujeres Avanzadoras de Oxfam Intermón, que también recopila historias de víctimas.

Colombia es el segundo país del continente con más casos de violencia contra la mujer. Algunas de estas sobrevivientes asistirán el próximo 11 de mayo a la semifinal de la Liga colombiana, donde ambos equipos vestirán camisetas violeta (símbolo mundial de la no violencia contra la mujer). En el intermedio de la contienda sonará el vídeo No es hora de callar, en el cual los jugadores de la selección de Colombia incitan a denuciar el maltrato. Bedoya pretende pisar además los campos del Mundial de fútbol, en Brasil, con el apoyo de ONU Mujeres.

"Cuando uno sabe que otra mujer ha sido víctima, y la ve animada, y la ve que sigue adelante con su trabajo, y emprendedora... eso te llena de fortaleza. Y eso necesitamos nosotras, fortalecernos mucho, porque no es fácil cargar con esto en el cuerpo y sobretodo en el alma. Yo me voy encontrando con algunas de ellas y eso hace parte de mi rutina de la semana", confieza Bedoya, que es además autora de varios libros de denuncia como Diario de un combate (2005) o Te hablo desde la prisión (2010).

La ley 1257 deColombia protege los derechos de las mujeres de ese país, pero, según esta periodista, "nadie la aplica. Ni los jueces, ni la policía, ni las mismas mujeres la conocen y creemos que ha faltado una pedagogía por parte del Estado, pero también por parte de los medios de comunicación para difundir y empoderar la ley. Si la cumpliéramos creo que esos índices, sin lugar a dudas, bajarían".

—Pero es que ¿por qué llevaba puesto ese vestido?

—Es que ¡ella lo provocó!

Para Bedoya, "muchas veces en los tribunales ese '¡ella lo provocó!' está llevando a que no se impongan unas penas fuertes contra los agresores". La mujer se puede vestir como quiera, puede usar minifalda, puede tener su escote, puede usar el pantalón ajustado, y eso no justifica que sean violentadas o acosadas, o muchas veces asesinadas. "Es lamentable que dentro del modelo patriarcal y machista que tenemos nosotros, no solamente en América Latina sino en varias partes del mundo, esto sea en lo que más se justifican los hombres agresores".

A esta mujer Premio Internacional a las Mujeres Coraje (2012) se le suman cada vez más y más hijas, víctimas. Las peticiones de ayuda le llegan también de otros países. En Ecuador, Venezuela o Panamá pretenden desarrollar una campaña similar. A pesar de que no cuenta con tiempo para llevar a cabo todo lo que tiene en mente, acentúa: "Sin lugar a dudas sigo escribiendo, porque es mi trabajo diario en el periódico". El próximo libro, explica entre risas, "se sigue madurando".

"Por ejemplo", agrega, "tenemos un caso terrible de una joven que fue atacada el pasado fin de semana aquí en Bogotá. El novio le propinó 26 puñaladas porque ella le dijo que no quería seguir con él y casi la mata. Todos los días seguimos teniendo estos casos de mujeres violentadas que obviamente me sirven para seguir denunciando, para seguir pidiendo justicia. Así, combino el activismo con el periodismo, que considero que muchas veces es necesario". Desde hace seis meses se encuentra abierta al público nacional de ese país la línea telefónica 155 para realizar cualquier tipo de denuncia.

En el marco de la campaña, habrá además un concierto el próximo 15 de mayo en la Plaza de la Proclamación de Cartagena de Indias. Un evento gratuito que tendrá por invitada a la cantante y compositora española Sole Jiménez.

Al finalizar la conversación, Bedoya confiesa que toda la inciativa va de apoyo mutuo, de hacer terapia personal, de darsen fuerza entre ellas. "Algo que muy íntimamente procuro hacer con frecuencia es ir a un sitio que queda aquí en Bogotá donde hace tres años violaron,asesinaron y empalaron a una mujer. Ella se llamaba Rosa Elvira Selí. Nosotras hemos puesto una placa en el sitio donde fue agredida. Queda en un parque que es muy bonito, en el Parque Nacional. Procuro ir allá, porque me llena de energía. Creo que uno con esto también tiene que tener el alma muy fuerte porque no es fácil".

Comentarios

Las secuelas de la violación suelen ser muy graves, conosco a alguien cercana que la padeció y realmente su vida quedó destrozada para siempre.http://goo.gl/8T6afI
Todo lo que se haga para erradicar esa horrible lacra, arraigada en muchas culturas es justo y necesario, y felicito a esas mujeres que luchan por otras.Los jueces que justifican esos crímenes por la supuesta provocación, les delata como posibles encubridores.
Felicidades a estas mujeres con coraje. pero si esto ocurre en esos países, es porque la población y los políticos lo permite. pero miren el caso de Dinamarca...
Por cierto, no entiendo que la mujer en Colombia se haga implantes en pechos y nalgas. ¿Para qué?
Toda denuncia suma para paliar algo que desgraciadamente sigue siendo el cuento de lo real. http://relatosmudos.blogspot.com/2014/04/quien-teme-al-lobo-feroz.html

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