Cartas al director

Avalanchas y otras catástrofes

Lo que ha pasado en el Madrid Arena es otro durísimo episodio de cómo una mala organización puede ser peligrosa. No es la primera vez que pasa: la combinación fiesta, miles de jóvenes y deficientes medidas de seguridad es un mal cóctel. Los jóvenes tenemos ganas de salir, de pasárnoslo bien, de bailar y sí, porque no decirlo, de beber. Es horrible tener que ver cómo situaciones como esta ponen en el punto de mira el modo de salir de los jóvenes. Si un macroevento se organiza acorde con las condiciones de seguridad necesarias, con buenas vías de salida y se respetan los aforos y los requisitos ...

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Lo que ha pasado en el Madrid Arena es otro durísimo episodio de cómo una mala organización puede ser peligrosa. No es la primera vez que pasa: la combinación fiesta, miles de jóvenes y deficientes medidas de seguridad es un mal cóctel. Los jóvenes tenemos ganas de salir, de pasárnoslo bien, de bailar y sí, porque no decirlo, de beber. Es horrible tener que ver cómo situaciones como esta ponen en el punto de mira el modo de salir de los jóvenes. Si un macroevento se organiza acorde con las condiciones de seguridad necesarias, con buenas vías de salida y se respetan los aforos y los requisitos de entrada, no se tendrían que lamentar catástrofes como esta.

Aún no entiendo como no se ha escarmentado ya: jóvenes menores de edad, bolsos no registrados, entradas no validadas…son una serie de condiciones que sumadas a la mala suerte ponen en juego la vida de personas que simplemente querían disfrutar un rato de compañía y buena música. No es justo que los jóvenes tengamos que salir de noche con miedo a una terrible experiencia que ponga en peligro nuestras vidas.— Eva Navarro.

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