Cartas al director

Job, en la costa granadina

De todos es conocido que Job es el santo de la paciencia. Según los últimos y más recientes indicios, parece ser que su espíritu ha decidido pasar sus vacaciones en la costa granadina, extendiendo e infundiendo su paciente virtud a los usuarios de la N 340. Para constatar lo dicho anteriormente no hay más que ver cómo con infinita paciencia y resignación afrontan, año tras año, los descomunales atascos en la referida vía. A esto hay que añadirle el horrendo y peligrosísimo estado del asfalto. Aprovechando estas circunstancias se podría erigir una ermita en honor del referido santo, donde los c...

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De todos es conocido que Job es el santo de la paciencia. Según los últimos y más recientes indicios, parece ser que su espíritu ha decidido pasar sus vacaciones en la costa granadina, extendiendo e infundiendo su paciente virtud a los usuarios de la N 340. Para constatar lo dicho anteriormente no hay más que ver cómo con infinita paciencia y resignación afrontan, año tras año, los descomunales atascos en la referida vía. A esto hay que añadirle el horrendo y peligrosísimo estado del asfalto. Aprovechando estas circunstancias se podría erigir una ermita en honor del referido santo, donde los conductores atrapados en sus descomunales atascos elevasen sus plegarias, ya que las peticiones a los políticos de turno vemos cómo van a parar al limbo de los infelices e incautos contribuyentes.— Manuel Villena Lázaro.

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