Cartas al director

Los incendios se apagan en invierno

Las gentes del campo, que son los verdaderos expertos y sabios en todo lo que tiene que ver con la naturaleza, argumentan que los incendios forestales se apagan en invierno con las labores de prevención, limpieza y mantenimiento de los bosques, laderas, ribazos, etcétera. Antiguamente se sacaba de los montes leña, broza y además había ganado, y de una forma sostenible se mantenía la limpieza de los mismos. Ahora, todas estas labores prácticamente han desaparecido, por lo que es más necesaria que nunca la inversión en esta labores selvícolas.

En la comarca de Molina de Aragón (Guadalajar...

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Las gentes del campo, que son los verdaderos expertos y sabios en todo lo que tiene que ver con la naturaleza, argumentan que los incendios forestales se apagan en invierno con las labores de prevención, limpieza y mantenimiento de los bosques, laderas, ribazos, etcétera. Antiguamente se sacaba de los montes leña, broza y además había ganado, y de una forma sostenible se mantenía la limpieza de los mismos. Ahora, todas estas labores prácticamente han desaparecido, por lo que es más necesaria que nunca la inversión en esta labores selvícolas.

En la comarca de Molina de Aragón (Guadalajara), se instaló una central de electricidad de biomasa, donde a través de la combustión de todo el material orgánico que se limpia y recoge de los inmensos bosques de la zona, se produce electricidad para la comarca, se crean decenas de puestos de trabajo y además los bosques se mantienen en condiciones para sufrir lo menos posible las consecuencias de un fuego devastador.

El problema de la Comunidad Valenciana, es que desde el año 2008 nuestro Gobierno autónomo lleva gastados más de 350 millones de euros, para que una mañana dominguera unos coches de alta cilindrada corran por las calles de Valencia, al tiempo que se ha reducido en un 75% las partidas destinadas a la prevención de incendios. De esos polvos estos lodos; todos hemos podido comprobar la suciedad generalizada de los bosques valencianos, la cantidad de maleza, ramas secas y árboles caídos. Estos elementos, en caso de fuego, lo convierten en un polvorín prácticamente imposible de sofocar.

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Esto es una muestra más de lo peligroso de poner al frente de las instituciones a personas que a todas luces dan muestra y ejemplo de la nula aptitud para los cargos que ostentan. Ojalá este infierno acabe pronto.— Óscar Pardo de la Salud.

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