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Dos presas de arena mitigan el drama del agua en Kenia

‘Agua para los Masai en Kenia’ es el programa de Ferrovial que, en colaboración con la Fundación AMREF, permite el abastecimiento al fuertemente castigado condado local de Kaijado. Dos presas almacenan el agua en el lecho del río, impidiendo su evaporación y eliminando cualquier impureza.

Antes de la construcción, los niños tenían que descolgarse a pozos insalubres para extraer el agua y luego transportarla durante varios kilómetros.

Abrir un grifo y que de él mane agua potable es un acto cotidiano mucho menos común de lo que podríamos imaginar. Un estudio de OMS/UNICEF alertaba en 2019 de que 2.200 millones de personas carecían de acceso a agua potable, y que más de la mitad de la población mundial —4.200 millones de personas— no tenía servicios de saneamiento. Naciones Unidas se ha impuesto como fecha el año 2030 para remediar esa catástrofe, definiendo como uno de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible el garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos. Pero está lejos de ser una tarea fácil y toda aportación se antoja imprescindible.

Así, Ferrovial puso en marcha en 2011 el Programa Infraestructuras Sociales, en el que colabora con reconocidas ONG, y que tiene como objetivo mejorar y ampliar la cobertura y acceso al agua para consumo humano y el saneamiento básico en comunidades vulnerables de África, Asia y América Latina.

Nuestros proyectos tienen como característica fundamental que las comunidades los gestionen; les proporcionamos herramientas para la gobernanza de las instalaciones y el mantenimiento
Cristina Moral, gerente de Responsabilidad Corporativa de Ferrovial

Desde su comienzo se han realizado un total de 34 proyectos que, con una inversión de casi siete millones de euros, han mejorado ostensiblemente la calidad de vida de más de 286.000 beneficiarios directos de 12 países de los tres continentes. Anualmente se seleccionan tres proyectos y, en 2019, el denominado Agua para los Masai en Kenia, en colaboración con la Fundación AMREF, fue seleccionado junto con otros dos en Perú y Colombia.

Llevar agua donde no existe

El condado de Kaijado es una amplia región del sur de Kenia poblada mayoritariamente por los Masai. El desierto de Nyiri ocupa casi toda la extensión del condado y el cercano Kilimanjaro impide el paso de las nubes con lluvia. En estas tierras, disponer de agua es una auténtica odisea: las precipitaciones, impredecibles y casi inexistentes, son la única manera de que los acuíferos acumulen agua. Los niños, por su menor tamaño y mayor agilidad, son quienes se encargan de descender a peligrosos pozos insalubres para extraer el agua y transportarla durante kilómetros hasta la vivienda o la escuela… Fue en Eseki e Ilmarba, dos núcleos de Matapato North, uno de los distritos del condado, donde Ferrovial impulsó la construcción y puesta en funcionamiento de dos presas de arena, ubicadas en el curso de dos de los ríos estacionales secos de la zona.

Estas presas almacenan el agua en el lecho del río, mientras que en las orillas cuentan con cámaras de infiltración, que hacen que el agua se almacene en la arena, impidiendo su evaporación, eliminando cualquier impureza y haciéndola apta para el consumo humano.

Los propios habitantes hayan construido letrinas y estaciones artesanales de lavado de manos a partir de actividades de sensibilización.

En la presa de Eseki se construyó una cámara de infiltración y un depósito de mampostería de 25 metros cúbicos; en la cámara, una bomba sumergible, alimentada por energía solar, suministra dos metros cúbicos por hora al depósito, de donde el agua fluye por gravedad hasta un quiosco, donde acceden a ella los miembros de la comunidad.

La infraestructura de la presa de Ilmarba es muy similar: aquí el tanque tiene una capacidad de 50 metros cúbicos. De este modo, las presas dan servicio a más de cinco mil habitantes de varias aldeas, además de a tres escuelas y un centro de salud en los que se han construido tanques de almacenamiento.

Implicación de la población

Ferrovial y AMREF han involucrado en el proyecto a amplios sectores de la población local. “Nuestros proyectos tienen como característica fundamental que las comunidades los gestionen; les proporcionamos herramientas para la gobernanza de las instalaciones y el mantenimiento”, indica Cristina Moral, gerente de Responsabilidad Corporativa de Ferrovial.

De ese modo, 20 artesanos comunitarios fueron formados para participar en la construcción y conservación tanto de las presas de arena como del resto de infraestructuras a las que, en caso de avería, suministran piezas de repuesto una red de proveedores locales. También, en colaboración con las instituciones locales, se crearon dos comités de gestión de agua, cuyos miembros fueron capacitados para la gestión sostenible de los recursos hídricos.

Las presas de arena han demostrado ser una tecnología barata y sostenible para suministrar agua durante todo el año, aprovechando la existencia de ríos estacionales secos

La inversión económica realizada por Ferrovial en este proyecto fue de 149.520 euros. Las presas de arena han demostrado ser una tecnología barata (en términos relativos) y sostenible para suministrar agua durante todo el año, aprovechando la existencia de ríos estacionales secos. Diseñados y ubicados adecuadamente, estos ríos tienen el potencial de proporcionar agua para múltiples usos, satisfaciendo la demanda para fines domésticos y de producción. Además, un río estacional seco podría convertirse en un río permanente mediante una sucesión de presas de arena estratégicamente espaciadas.

Pero la labor de Ferrovial ha ido más allá de la puesta en marcha del proyecto, la construcción de las infraestructuras y la formación de operadores locales. Gracias a la colaboración de los grupos comunitarios se pusieron en marcha actividades de sensibilización sanitaria y de promoción de saneamiento e higiene que han hecho que los propios habitantes hayan construido letrinas y estaciones artesanales de lavado de manos, extendiendo los beneficios del programa de Ferrovial a un mayor número de habitantes. Gracias a todo ello, en este preciso momento, en Eseki e Ilmarba el agua ya no es un milagro.

Ni la pandemia pudo parar el proyecto

En los más de once años y 34 proyectos del programa, ha sido vital la participación de 129 voluntarios de Ferrovial, expertos en las más diversas materias, que han aplicado su conocimiento, tiempo y esfuerzo a la consecución de los proyectos realizados en todo este tiempo. En el caso de Agua para los Masai en Kenia estaban implicados sobre el terreno cuatro voluntarios en un proyecto que comenzó en 2019 y que estaba previsto se desarrollara entre marzo de 2020 y marzo de 2021… hasta que se paró el mundo. “Las limitaciones a los movimientos impuestos por la pandemia hicieron que se terminasen las actividades en diciembre de 2021”, recuerda Cristina Moral, gerente de Responsabilidad Corporativa de Ferrovial. “Se iban a desplazar cuatro voluntarios de Ferrovial (expertos en energías renovables, en geología y topografía, en ingeniería civil y otro experto en comunicación) junto a un miembro del equipo de Responsabilidad Social Corporativa. Lamentablemente, la realidad de la pandemia hizo que el viaje no fuera posible y fueron los equipos locales de AMREF los que tuvieron que asumir las tareas que estaban previstas que desarrollaran los voluntarios de Ferrovial”. 

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