Adiós, Isak, amigo del alma
Josep Oliu, presidente del Sabadell, destaca el ejemplo personal del fundador de Mango, su genialidad, su proximidad y su generosidad
A veces la vida da un vuelco y te pone delante de nuestra fragilidad. Es cuando perdemos a uno de nuestros seres más queridos: padres, hermanos, hijos o grandes amigos. Hoy se ha ido Isak Andic, y el vacío que nos deja va más allá. Es la pérdida de una persona extraordinaria y de un amigo del alma.
Isak ...
A veces la vida da un vuelco y te pone delante de nuestra fragilidad. Es cuando perdemos a uno de nuestros seres más queridos: padres, hermanos, hijos o grandes amigos. Hoy se ha ido Isak Andic, y el vacío que nos deja va más allá. Es la pérdida de una persona extraordinaria y de un amigo del alma.
Isak empezó en un mercadillo vendiendo sus camisas traídas de la India. Le conocí cuando llegué al banco. Era uno de los jóvenes empresarios del Vallès que prometía con una marca de ropa para jóvenes que se llamaba Mango. Nos veíamos a menudo en un restaurante de Santiga, cerca de Sabadell. Allí compartíamos los planes de su empresa, de su marca, y también escuchaba mi visión de lo que quería hacer de Banco Sabadell.
Desde el principio, era cliente y ferviente hincha del banco. Tuve que decirle que debía tener relaciones con otras entidades además de la nuestra, pues Mango crecía mucho más rápido que nosotros. Le fue difícil entenderlo. Confiaba tanto en el valor y la capacidad de desarrollo de Mango que creía que no debíamos dejar que ningún otro banco trabajara con él. Así era Isak. Cada vez que teníamos alguna decisión mayor la compartíamos. Y así fue naciendo una amistad que se convirtió en personal y profunda, mucho más allá de nuestras empresas.
Se incorporó como vicepresidente del banco. Su talante pragmático y emprendedor fue fundamental para mí en los años del primer desarrollo del banco después de la salida a Bolsa y en todo el crecimiento inorgánico de la entidad. Se convirtió, junto con José Manuel Lara, en accionista significativo hasta que la tremenda crisis del 2008 puso fin a su etapa bancaria, con importantes pérdidas para todos. A pesar de ello, nunca perdimos nuestra profunda amistad.
Mango es una de las grandes empresas de moda españolas, una empresa que lleva el sello de su extraordinaria personalidad. Creativo, intuitivo, tenaz y con un empuje extraordinario. Para él nada era imposible. Tenía un olfato especial con el producto que podía triunfar en el mercado.
Isak cuidaba y estaba en todos los detalles. En la empresa, estaba presente en todos los rincones del hangar, con su personalidad sonriente y exigente a la vez. Adorado por sus colaboradores, que veían en él la persona que estaba siempre empujando, creando y buscando un estilo joven, fresco y desenfadado, al tiempo que asequible, para mejorar el aspecto de las personas. Era difícil ir con Isak y que no se fijara en la corbata o los zapatos que llevabas o cualquier detalle que pudiese desentonar.
Isak deja un vacío en mi alma y en la de los que hemos tenido la suerte de ser sus amigos. Las tertulias en su casa o en el Nirvana [el velero de Andic] nos ayudaron mucho a que su Mango y nuestro Banco de Sabadell fueran empresas de primera línea en sus respectivas actividades. Consejero único, amigo irrepetible. Su presencia dominante va a dejar un vacío enorme que nadie podrá sustituir.
Hoy lloramos su muerte los que le queremos. No tiene sentido perder a Isak. Menos en un accidente de trekking. Menos en nuestra montaña de Montserrat. Se ha ido sin despedirse, se ha ido haciendo deporte y deja a todos sus amigos, a su familia y a los colaboradores el gran reto de desarrollar su obra en el futuro. Esa obra que tanto le ha ocupado y que tan bien encarrilada tiene con su actual equipo.
Su ejemplo personal, su genialidad, su proximidad y su generosidad queda entre nosotros como un referente, como un gran ejemplo que ha servido de guía a la generación Mango que ha bebido de su sentido estético, y a todos los que le hemos admirado y querido profundamente.
No estábamos preparados para su partida. Nos costará llenar su vacío. Pero el recuerdo de su generosa personalidad y de su tremenda energía creativa quedará con nosotros mientras vivamos.
Como tú te despedías de tus amigos, ciao Isak.