El Gobierno confía en que el cambio de control de Talgo quede atado en noviembre
El ministro de Economía afirma que el Ejecutivo “acompañará y ayudará” a que el fabricante encuentre “una solución viable a largo plazo”
La operación de cambio de control en Talgo tiene una fecha objetivo, que no límite, fijada en el calendario del Gobierno: viernes 29 de noviembre. Un alto cargo al tanto de las conversaciones asegura que en este corto plazo, de apenas mes y medio, debería estar armada una oferta por el fabricante de trenes con marchamo español. Las negociaciones, advierten las partes implicadas, están en una fase inicial.
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La operación de cambio de control en Talgo tiene una fecha objetivo, que no límite, fijada en el calendario del Gobierno: viernes 29 de noviembre. Un alto cargo al tanto de las conversaciones asegura que en este corto plazo, de apenas mes y medio, debería estar armada una oferta por el fabricante de trenes con marchamo español. Las negociaciones, advierten las partes implicadas, están en una fase inicial.
El grupo siderúrgico vasco Sidenor envió el miércoles una muestra de interés al consejo de la fabricante de trenes para “la adquisición total o parcial del capital social de Talgo, S.A”, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, sostuvo ayer ante los medios que el Ejecutivo está dispuesto a “acompañar y ayudar” a que se encuentre “una solución viable a largo plazo”. Se da por descontado que el vehículo estatal de inversión, para la toma de una participación minoritaria, sería la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).
En el mismo sentido de apoyo a Sidenor insistió el consejero vasco de Industria, Mikel Jauregi, siempre que se mantenga el arraigo de Talgo en Euskadi y se impulse el empleo. Y una nueva adhesión a la vista es la del Gobierno de Cantabria, cuyo consejero de Industria, Eduardo Arasti, trasladó ayer, en declaraciones ofrecidas a RTVE, su total respaldo a Sidenor sin descartar la ayuda financiera si la operación repercute en la planta de la acerera en Reinosa. Los contactos están abiertos.
Que cristalice el reconocido apetito de Sidenor, propiedad del empresario José Antonio Jainaga y de un grupo de directivos, va a depender de la auditoría (due diligence) que realice sobre Talgo, para lo que el consejo que preside Carlos de Palacio reclama información sobre la oferta para abrir sus libros. De este mismo modo actuó cuando fue la checa Skoda quien llamó a la puerta en plena opa del consorcio húngaro Ganz-MaVag, finalmente bloqueada por el Gobierno de Pedro Sánchez. El plan de Skoda, por su parte, fue rechazado en varias ocasiones al no incluir una contraprestación en efectivo.
En el seno de Talgo interesa el alcance del acercamiento de Sidenor: si se trata de una compra parcial o de una opa por el 100% del capital. También si esta se formularía en efectivo y la identidad de los compradores, trascendiendo hasta el momento la autoría de la siderúrgica en solitario.
Ayer tomó fuerza, con las declaraciones de Cuerpo, la posibilidad de que la SEPI se sume al plan de Jainaga. Y en la recámara está la disposición de CriteriaCaixa, manifestada meses atrás al Gobierno, de hacerse con un paquete menor acompañando a un socio industrial. Hasta llegar al 100% del capital de Talgo, en caso de una opa, faltaría al menos un inversor de calado, especulándose en el mercado con la posibilidad de que sea el fabricante polaco de trenes Pesa quien se alíe con Sidenor. Talgo y Pesa firmaron a final de septiembre un acuerdo para explorar juntas las oportunidades que están saliendo en Europa del Este en relación con la alta velocidad ferroviaria.
En las conversaciones a varias bandas de los últimos días se da por descontado que una oferta con un papel protagonista de Sidenor pasaría los filtros del Gobierno, que vigila el cambio de control en Talgo al calificarla de empresa estratégica. Tampoco se esperan objeciones del regulador de Competencia. Pero el veredicto no es tan claro en el caso de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que llegó a admitir a trámite en abril la opa de Ganz-MaVag de 619 millones por el 100% de Talgo.
Los accionistas de salida del fabricante son el fondo Trilantic y las familias Abelló y Oriol, sumando un 40% del capital bajo la instrumental Pegaso. Su pacto de accionistas obliga a una venta en conjunto, por lo que una oferta por un porcentaje inferior al 30% que sirve de umbral para una opa no satisfaría sus expectativas a no ser que se rompa dicho acuerdo. Hasta el momento, Trilantic, mayoritario en Pegaso, ha mantenido que solo tendría en cuenta una opa por el 100%. En cuanto a una eventual propuesta por el 40% en poder de Pegaso, en la que Sidenor, la SEPI y Criteria compraran por separado, la CNMV podría dictar el mandato de una opa al entender que existe concertación entre los inversores.
Pese a las llamadas a la cautela que realizaron ayer tanto el ministro Carlos Cuerpo como el consejero vasco Jauregui, la acción de Talgo lleva tres días de calentón: subió un 4,5% el martes, su valor aumentó un 4,9% el miércoles, y al cierre de ayer Talgo se revalorizó otro 5,36%, hasta los 3,84 euros por título. El último precio marcado sitúa la capitalización bursátil en los 475 millones.
Sidenor se ha apresurado a declarar su interés por Talgo de forma oficial en plena escalada del valor. Tras su misiva del miércoles, el grupo vasco podría defender una oferta referenciada al precio de cierre del martes, de 3,47 euros, acorde con la cotización de Talgo antes de que a mediados de en noviembre del año pasado fuera conocido el interés húngaro. Este precio también está más en línea con las valoraciones internas que maneja el Gobierno que los 5 euros de la opa vetada. Pero el consejo de Talgo cuenta con el intento de Ganz-MaVag como referencia de mercado y es previsible que exija una importante prima.
Las fuerzas sindicales también empiezan a mover ficha y desde CC OO Industria se reclama que se preserve el carácter estratégico de Talgo por encima de los intereses económicos de los actuales accionistas. El sindicato pide que cualquier oferta vaya acompañada de un plan industrial para Talgo que garantice una respuesta a la carga de contratos de la compañía, valorados en más de 4.000 millones.
Está claro que el perfil industrial de Sidenor es del agrado de las administraciones. Jainaga suma los apoyos de los gobiernos de Madrid, Vitoria y Cantabria, este último preocupado por el futuro de la forja de Reinosa. Es una ubicación, en plena zona montañosa, complicada para la logística de los equipos siderúrgicos de grandes dimensiones. Falta la manifestación de la Generalitat de Cataluña, donde la siderúrgica también cuenta con centros de actividad.
Además de la rama relacionada con el automóvil, que concentra más del 70% de las ventas de Sidenor, el grupo con sede en Basauri (Vizcaya) busca reforzar su presencia en el ámbito del ferrocarril. La entrada Talgo le añadiría una sustancial carga de trabajo a la vista de que los trenes incorporan acero en parte de sus componentes (ejes, ruedas, etcétera). Cuando CAF decidió cerrar su acería y externalizar la actividad a terceros, Jainaga se ofreció a suministrarle el acero desde las instalaciones de cabecera de Sidenor.