Renfe endurece las medidas para fomentar el buen uso de los abonos para viajeros recurrentes

Aunque las quejas por las prácticas fraudulentas han sido constantes en los últimos años, algunos viajeros denuncian que las nuevas medidas son arbitrarias

RENFE

Nueva modificación en las normas de uso de los abonos para viajeros recurrentes de Avant y Media distancia de Renfe. A partir de este viernes, las condiciones se han endurecido para fomentar su correcta utilización. Los usuarios ya no podrán reservar dos o más trenes consecutivos en el mismo sentido para evitar acaparaciones; las cancelaciones deberán realizarse con un mínimo de 60 minutos de antelación y, en el caso de no respetar dicho plazo en tres ocasiones, los usuarios no podrán renovar sus abonos durante 90 días si su abono es de Avant. La compañía también ha anunciado que realizará controles aleatorios a bordo de los trenes para evitar que las personas compartan sus abonos, ya que son intransferibles.

En el caso de los títulos multiviaje de los servicios de Media Distancia, se mantienen las condiciones, —ya endurecidas el pasado mes de enero—: los viajes podrán ser cancelados con hasta 60 minutos de antelación para no recibir una sanción. En caso de no cumplir las normas en tres ocasiones, a los usuarios se les incautará la fianza de 20 euros y no se expedirá un nuevo abono bonificado hasta que transcurran 30 días, como hasta ahora.

La compañía también ha anunciado que continuará realizando controles aleatorios a bordo y en los instantes previos al acceso a los trenes para evitar el uso compartido de los abonos, a la vez que recuerda que los abonos objeto de subvención son nominativos: se precisa que el DNI coincida con el usuario del abono. En el caso de demostrarse un uso incorrecto, los viajeros serán sancionados.

Desde que el Gobierno anunciase la bonificación para los abonos de uso recurrente en trayectos de media distancia en septiembre de 2022, los viajeros en tren han aumentado exponencialmente, generando beneficios medioambientales y permitiendo ahorrar a los usuarios. Sin embargo, la tendencia de algunos viajeros a reservar trenes que luego no utilizaban, entre otras prácticas fraudulentas, han ido generando molestias entre los beneficiarios, que a menudo manifestaban quejas por la dificultad para reservar plazas o el escaso control ante el mal uso del abono. En un principio, no había penalización, pero Renfe pronto se vio obligada a actuar para evitar los efectos de las reservas fantasma.

Progresivamente, Renfe ha ido aplicando una serie de medidas, como la obligatoreidad de haber realizado el viaje de ida antes de reservar el de vuelta, o la limitación de reservas diarias a cuatro, dos de ida y dos de vuelta. Posteriormente, se obligó a los usuarios de cancelar los viajes con un mínimo de antelación para no ser penalizados, así como la retirada de los abonos cuando se acumulaban tres infracciones.

Para facilitar la comunicación con los clientes, Renfe ha puesto en funcionamiento una línea telefónica específica, 91 919 15 67, para informar de estos abonos gratuitos.

No todos están a favor

Aunque muchos usuarios reclamaban un control más estricto, las nuevas medidas han despertado el rechazo entre algunos viajeros, pues consideran que supondrán un perjuicio para muchos viajeros y que tendrán un efecto contraproducente.

Sylvia García, madrileña afincada en Segovia, es portavoz de la plataforma de usuarios de Avant Segovia y no duda en calificar de “arbitrarias” las medidas adoptadas por Renfe, a la que afea el no haberse sentado a hablar con los viajeros antes de adoptar sus decisiones.

Explica que muchas veces, las cancelaciones no se deben a una intención fraudulenta por parte del ciudadano, sino a circunstancias imprevisibles, por lo que lamenta que se haya ampliado el margen de cancelación de 30 a 60 minutos. “Si tú sales tarde del trabajo o hay un retraso en el metro cuando te estás dirigiendo a Chamartín, por ejemplo, es lógico que quieras cancelar tu viaje y ceder tu espacio a otra persona cuando ves que no vas a llegar”, explica. Sin embargo, con las nuevas normas,

Respecto a los controles aleatorios, considera que es injusto tener que revisar el abono a bordo del tren cuando ya se haya realizado un control previo antes de acceder al mismo. En ocasiones, explica, hay revisores que ponen falta a los usuarios por no estar en su asiento en el momento de realizar la comprobación. “Imagina que te pilla en el baño y te ponen una penalización. Yo, por ejemplo, muchas veces tengo videollamadas de trabajo y prefiero salirme al pasillo por no molestar al usuario. Si viene el revisor y no estoy, ¿me van a dejar sin abono?”, lamenta.

La solución, para García, pasa por aumentar el número de plazas ofertadas para este tipo de abonos, ya que considera que en algunas conexiones, son insuficientes. “A veces, tienes que estar rascando a última hora a ver si alguien ha cancelado su viaje. Para evitar todas estas situaciones, lo mejor es aumentar las plazas disponibles para los viajeros recurrentes y ceder vagones de los que se ofertan al precio normal”, explica.

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