La CNMV contradice a la banca y defiende que las empresas necesitan financiación de los mercados
El presidente del supervisor bursátil, Rodrigo Buenaventura, afirma que la “banca en la sombra” es complementaria y que será necesaria para dar crédito en la transformación ecológica
“El papel del sistema financiero no bancario es complementario al de las entidades bancarias tradicionales, no excluyente, sino simbiótico con ellas, en aras de una transformación necesaria de nuestra economía”, ha afirmado este miércoles Rodrigo Buenaventura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En la apertura del XXVIII Encuentro del Sector Financiero organizado por Deloitte y ABC, Buenaventura ha rebatido las tesis de la Asociación Española de Banca (AEB), que, en repetidas ocasiones -la última en junio pasado- ha presentado la financiación de enti...
“El papel del sistema financiero no bancario es complementario al de las entidades bancarias tradicionales, no excluyente, sino simbiótico con ellas, en aras de una transformación necesaria de nuestra economía”, ha afirmado este miércoles Rodrigo Buenaventura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
En la apertura del XXVIII Encuentro del Sector Financiero organizado por Deloitte y ABC, Buenaventura ha rebatido las tesis de la Asociación Española de Banca (AEB), que, en repetidas ocasiones -la última en junio pasado- ha presentado la financiación de entidades no bancarias como un grave riesgo de creación de burbujas y de provocar quiebras en las compañías al poder retirar el crédito de manera brusca. La AEB, por boca de su presidente, José María Roldán, ha pedido a los supervisores que regulen más a esos jugadores que no son bancos, con la misma severidad que lo hacen con las entidades financieras.
“Estrechamente regulado”
Sin embargo, desde la CNMV no se ve igual esta situación, lo que ha provocado un inusual choque dialéctico. El presidente calificó el término “banca en la sombra” como un término “poco amable” y sugirió el de “intermediación financiera no bancaria”, que reconoció que es igualmente impreciso. Afirmó que los supervisores de valores reivindican “una parte variada y rica del sistema financiero que es el mercado de capitales, y especialmente el de valores, que por definición es una criatura no bancaria. Y, para que nadie se inquiete, un ámbito estrechamente regulado y supervisado desde hace décadas”.
El máximo responsable de la CNMV comentó que gran parte de los partidarios de los que critican la banca en la sombra “defienden que la regulación existente para las entidades que realizan Intermediación Financiera no Bancarias es más laxa, aprovechándose de un arbitraje regulatorio y permitiendo con ello generar un cada vez más elevado riesgo sistémico. Esa afirmación es cuanto menos demasiado generalista dada la gran heterogeneidad que hay entre países, sectores y entidades que pueden considerarse parte de la intermediación no bancaria”. Y concluyó que muchas instituciones de este segmento “han soportado las últimas crisis tan bien o mejor que la propia banca”.
Santander: “No tienen las mismas reglas”
Tras Buenaventura intervino Jose Antonio Álvarez, consejero delegado del Santander, que respondió a su discurso con las tesis de la AEB: Afirmó que los reguladores minusvaloran los riesgos de la banca en la sombra y sobrevaloran los riesgos de los bancos. El directivo ha señalado que, en un escenario en el que nuevos operadores compiten con el sector bancario tradicional, debe aplicarse la misma regulación para las mismas actividades, para evitar así una desventaja competitiva para los bancos. “Nos gusta la competencia, lo que no nos gusta es la competencia asimétrica”. El consejero delegado ha asegurado que las entidades quieren aprender de las bigtech y las fintech, pero a su vez “jugar con las mismas reglas del juego”.
Volviendo al discurso de Buenaventura, recordó que los fondos de todo tipo son fundamentales para cubrir “la magnitud de la inversión necesaria para provocar el cambio verde y sostenible, que es de una dimensión histórica, nunca antes vista. En el caso español, unos 30.000 millones de euros anuales durante toda esta década. Y no hay forma (ni sería deseable) que la banca financie el 100% de esa inversión extraordinaria y adicional de las empresas españolas”. “Las empresas van a necesitar muchos recursos propios adicionales para esa inversión extra y eso lo proporciona el mercado de valores y el capital riesgo”, afirmó.
Y afirmó que es la propia Comisión Europea la que es consciente de esta necesidad y que por eso trabaja en la unión de los mercados de capitales “cuyo objetivo es potenciar el sistema financiero no bancario mediante la atracción a los mercados de capitales no bancarios de mayor número de empresas e inversores. La dependencia de las empresas europeas respecto a la financiación bancaria es excesiva y eso lastra su acceso a fondos propios o a nueva financiación ajena en momentos complicados para la banca o cuando la regulación exige niveles de capital difíciles de consolidar”. Apuntó que la UE quiere que la deuda bancaria de las empresas se sitúe cerca del 10%, como en Estados Unidos, y ahora está en el 30%.