Glovo invertirá 20 millones para depender menos de la comida a domicilio
La empresa no se plantea reformar su modelo laboral pese a la sentencia del Supremo sobre los repartidores
La empresa de reparto Glovo invertirá 20 millones de euros para depender menos de los pedidos de restauración y más de las entregas de otro tipo de bienes, desde cosmética a moda. La empresa catalana pretende entregar en alrededor de media hora casi cualquier producto, por lo que está reforzando su red de almacenes (dark stores) y negocia con empresas distribuidoras (grandes almacenes, supermercados o perfumerías) para convertirse en su socio de entregas ultrarrápidas y aumentar su facturación a unos 40 millones de euros al mes a finales de 2021. En principio, la ampliación de la gama d...
La empresa de reparto Glovo invertirá 20 millones de euros para depender menos de los pedidos de restauración y más de las entregas de otro tipo de bienes, desde cosmética a moda. La empresa catalana pretende entregar en alrededor de media hora casi cualquier producto, por lo que está reforzando su red de almacenes (dark stores) y negocia con empresas distribuidoras (grandes almacenes, supermercados o perfumerías) para convertirse en su socio de entregas ultrarrápidas y aumentar su facturación a unos 40 millones de euros al mes a finales de 2021. En principio, la ampliación de la gama de productos a entregar no significará un aumento de la flota de repartidores, que seguirán con el mismo modelo laboral, el de trabajadores autónomos, pese a la reciente sentencia del Supremo que cuestiona este modelo.
Según ha recordado Daniel Alonso, director general de la nueva unidad de negocio que han denominado Quick Commerce, Glovo nació como una aplicación para “dar acceso a cualquier cosa en la ciudad”. Sin embargo, pronto la empresa se focalizó especialmente en el reparto de comida a domicilio, que actualmente proporciona el 60% de los ingresos, por 30% del supermercado y 10% del retail. Ahora, con una base de 9 millones de usuarios, quieren repartir más cosas, “lo que esté en la ciudad”, desde un móvil a una prenda de ropa y que esta línea de retail engorde hasta suponer una cuarta parte de las ventas. Y, para diferenciarse de otros actores, la idea es repartir muy rápido. “Empezamos a hablar en minutos y segundos, la idea es entregar en menos de 35 minutos, 1.800-2.000 segundos”, ha explicado Alonso, que .
Preguntado sobre si el previsible aumento de demanda traerá consigo un aumento de la flota de repartidores, Alonso ha confiado en que, previsiblemente, los riders trabajarán más horas, puesto que con los nuevos pedidos “compensarán las horas valle” entre los picos de actividad actuales de los repartos de comida a mediodía y por la noche. Se ha negado varias veces a comentar el futuro del modelo de relación laboral con los repartidores, tras la sentencia del Supremo que consideró, a raíz del caso de un rider de Glovo, que son falsos autónomos y deben ser asalariados. No obstante, sí ha señalado que no está previsto cambiarlo.
Para alcanzar los objetivos de rapidez y surtido, se apoyan en tres patas. Primero, en una mayor red de dark-stores, pequeños almacenes urbanos no abiertos al público donde se preparan los pedidos. Ya cuentan con 22 en el mundo (9 en España) para su servicio de supermercado Glovo Market y quieren tener 100 a finales del año que viene. Además, quieren usarlos también para almacenar otro tipo de productos de cualquier comercio o productor que quiera vender a través de ellos, según ha explicado Clara Moreno, responsable de la unidad de negocio que gestiona estos espacios alquilados en los que los pickers, personal de nómina de Glovo, preparan los pedidos.
La inversión de 20 millones no incluye a esta unidad logística, sino que se dedicará fundamentalmente a acciones de comunicación y a formar equipos comerciales que consigan acuerdos con minoristas para que los usuarios puedan comprar y recibir sus productos a través de Glovo.
Así, la segunda pata, Alimentación, es seguir negociando con distribuidores para el reparto de productos alimentarios. Ya colabora en España con Carrefour, Dia y Alcampo, y pretende ampliar en todo el mundo la red de distribuidores. La tercera es la que llaman Retail, que consiste en la venta y entrega rápida de productos de todo tipo (desde parafarmacia a juguetes, moda o electrónica), gracias a acuerdos con comercios. Ya se han asociado a cadenas como las perfumerías Douglas o Clarel, con las papelerías Folder y con El Corte Inglés. “Es poner un centro comercial en tu bolsillo, con acceso en 2.000 segundos, y al mismo precio que en el comercio y sin gastos de envío”, ha dicho. El beneficio de Glovo consistiría en una pequeña comisión por parte del comercio y en los ingresos que consigue de sus usuarios de pago del servicio Glovo Prime.
Con todo ello, Glovo se marca como objetivo llegar a una facturación de 40 millones de euros al mes a finales de 2021, el doble de lo que facturaban de media en 2018 (las cuentas de 2019 no están disponibles) y que 10 de ellos vengan del retail. Preguntado sobre si el cambio de estrategia supone entrar a competir con gigantes como Amazon, Alonso ha señalado que no, puesto que “no existe” en España ningún operador de lo que ha denominado “tercera generación” del comercio electrónico, basada en entregas en menos de media hora. Aunque Alonso asegura que están consiguiendo ya esos tiempos, no habrá garantía absoluta de que los cumplan. El usuario sabrá de antemano un tiempo aproximado de entrega al hacer el pedido, que variará en función de la hora, la ubicación y otras variables.