Abengoa presenta su tercer plan de salvación en medio de la pandemia
La empresa pide 250 millones al ICO y plantea nuevas quitas a sus acreedores
Abengoa ha presentado un nuevo plan de salvación para poder cerrar su reestructuración. Según el grupo, que el año pasado perdió 517 millones de euros, los efectos económicos causados por la crisis han acelerado la necesidad de volver a pedir financiación y plantear quitas a sus acreedores. Eso unido a la evolución de la compañía en 2019 y el retraso de la venta de ciertos activos y otras monetizaciones previstas han obligado a la compañía a cambiar sus...
Abengoa ha presentado un nuevo plan de salvación para poder cerrar su reestructuración. Según el grupo, que el año pasado perdió 517 millones de euros, los efectos económicos causados por la crisis han acelerado la necesidad de volver a pedir financiación y plantear quitas a sus acreedores. Eso unido a la evolución de la compañía en 2019 y el retraso de la venta de ciertos activos y otras monetizaciones previstas han obligado a la compañía a cambiar sus expectativas.
El nuevo plan, que en la práctica es su tercera reestructuración, plantea la solicitud de una nueva línea de liquidez por importe de 250 millones de euros y un plazo de cinco años, con garantía del ICO. Asimismo, va a instrumentar nuevas líneas de avales por un importe de 300 millones para cubrir las necesidades del negocio hasta finales de 2021 con los bancos habituales (Santander, Bankia, Caixa, Crédit Agricole, BBVA y Bankinter).
Por otra parte, pretende cerrar un acuerdo con proveedores y otros acreedores con deuda vencida que permitan la desconsolidación de esa deuda del perímetro de la filial Abenewco, obteniendo a cambio un derecho preferente al cobro contra la realización de determinados activos.
Una cuarta medida consiste en la modificación de determinadas condiciones de la deuda con los citados acreedores financieros que pueden implicar quitas y capitalizaciones de deuda. Dichas quitas forman parte de la negociación que está en marcha y que las fuentes de la empresa consultadas no han querido desvelar.
Este plan se proyecta a nueve años (2020-2028) en los que prevé que las contrataciones, ventas, Ebitda y flujo de caja baja un 25% respecto al anterior. La empresa espera que con su aplicación pueda cerrar una crisis que comenzó en 2015 y que ha tenido dos reestructuraciones (2017 y 2019). A partir de ellas, Abengoa pudo reforzar su estructura de capital y centrándose en el negocio. Desde 2017, la compañía ha cerrado nuevos contratos por más de 4.000 millones y ha ejecutado 3.600 millones, con una cartera a cierre de 2019 de 1.514 millones.
A juicio de la empresa que preside Gonzalo Urquijo, la covid-19 no solo impacta en el negocio, sino también cierra los mercados financieros. La entidad sostiene que los efectos de la crisis van a durar muchos años y afectar esencialmente a las regiones donde tiene sus mercados principales: Latinoamérica, Oriente Medio y África Subsahariana. Adicionalmente, la crisis sanitaria ha afectado a los mercados financieros, limitando el acceso de la compañía a los mismos para obtener financiación.
Las proyecciones financieras han sido creadas con un enfoque de consolidación de las filiales de los diferentes verticales (Energía, Agua, T&I y Servicios) y geografías (Brasil, Chile, Estados Unidos, Sudáfrica, Argentina, México, Perú y Uruguay).
Pérdidas
En paralelo a la presentación del plan, el grupo ha hecho público los resultados del ejercicio anterior (había solicitado permiso para contar con un informe de valoración). Los 517 millones de pérdidas (frente a 1.500 de 2018) contrastan con un Ebitda que se disparó un 60% hasta 300 millones.
Abengoa explica este incremento a la entrada en operación de nuevos proyectos, la reducción de gastos generales y 40 millones de euros de impacto positivo por el acuerdo alcanzado en la disputa del proyecto Dead Sea Works en Israel. Los gastos se recortaron un 9% hasta 70 millones. Las ventas alcanzaron los 1.493 millones, con un aumento del 15%.
La deuda financiera bruta subió un 5% hasta 5.948 millones. Este endeudamiento incluye 1.165 millones que corresponden a deuda de sociedades clasificadas como mantenidas para la venta, y 558 de financiación de proyectos. De los 4.225 millones restantes, 182 millones están registrados a largo plazo y 4.043 a corto plazo.