El gobernador del Banco de España defiende que el BCE comprará más deuda de Italia si hace falta

Pablo Hernández de Cos señala que el Banco Central Europeo hará todo lo que sea necesario para evitar la fragmentación financiera entre países

Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. Pablo Monge

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha salido hoy al paso para intentar calmar los ánimos de los mercados en plena crisis del coronavirus. En declaraciones a EL PAÍS, el gobernador ha afirmado que el Banco Central Europeo está preparado para bajar los costes financieros de Italia o de cualquier otro país si fuera necesario. “Se comprará lo que haga falta para evitar la fragmentación financiera. Los comentarios de Lagarde fueron malinterpretados”, explica Hernández de Cos. Su intervención ha sido una...

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El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha salido hoy al paso para intentar calmar los ánimos de los mercados en plena crisis del coronavirus. En declaraciones a EL PAÍS, el gobernador ha afirmado que el Banco Central Europeo está preparado para bajar los costes financieros de Italia o de cualquier otro país si fuera necesario. “Se comprará lo que haga falta para evitar la fragmentación financiera. Los comentarios de Lagarde fueron malinterpretados”, explica Hernández de Cos. Su intervención ha sido una de las muchas que, de forma coordinada, ha conseguido este viernes aplacar la fuerte subida de la prima de riesgo italiana.

Se trata de evitar como sea que vuelva a haber problemas de fragmentación soberana y que los inversores discriminen entre países, dejándolos sin financiación como ocurrió en la anterior crisis del euro. Esa es la misión que tienen ahora los banqueros centrales europeos tras las declaraciones de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, quien el pasado jueves metió la pata en medio de la crisis del coronavirus declarando que no era la labor del eurobanco poner tope a las primas de riesgo de los países —la diferencia entre el coste al que se financia Alemania a diez años y el del resto de Estados—.

“No estamos aquí para cerrar las primas de riesgo. Hay otras herramientas y otros actores para afrontar estos asuntos”, dijo. Acto seguido, las bolsas se hundieron y las primas de riesgo se dispararon. Lagarde rectificó a continuación en una entrevista concedida a la CNBC. Pero el daño ya se había hecho. Los mercados estaban en llamas. Y ahora un grupo de banqueros centrales ha irrumpido al unísono en los medios de comunicación para tratar de contener las turbulencias. Todos han esgrimido argumentos muy parecidos: el economista jefe del BCE, el gobernador del Banco de Francia, el de Italia y el propio Hernández de Cos.

Hernández de Cos señala a El PAÍS que para responder a las repercusiones económicas de la epidemia se ha brindado una flexibilidad total a las compras de deuda. Se podrán comprar bonos privados o públicos. E incluso se irá un paso más allá: también podría haber flexibilidad temporal para comprar más de un Estado que de otro. Hasta ahora el BCE se ha visto obligado a adquirir la deuda de los países en proporción al tamaño de sus economías, de forma que no se pueda decir que haya financiación directa del banco central a un Estado concreto. Pero el gobernador argumenta que por un corto periodo de tiempo se podría adquirir más de un país que esté en problemas. De esta forma se podría alejar el temido fantasma de la fragmentación financiera, que a punto estuvo de quebrar la moneda única europea hace solo un lustro, cuando los países de la periferia llegaron a soportar intereses del 7% o superiores por su deuda a diez años.

“La respuesta tiene que ser fiscal y los bancos centrales estaremos ahí para apoyarla. Ese es el mensaje principal que dio ayer el BCE”, destaca Hernández de Cos. El gobernador es miembro del consejo de gobierno del eurobanco.

En cuanto a los recortes de tipos, el gobernador defiende que este no era el mejor movimiento para hacer frente a la crisis del coronavirus, en especial cuando ya están en negativo. Sin embargo, ha apuntado que el eurobanco está también listo para bajarlos aún más si fuera necesario. Lo importante es asegurarse de que este shock temporal no termine haciendo un daño más permanente a la actividad, ha concluido.

Movimiento coordinado

Otros miembros del consejo de gobierno del BCE también se han apresurado a hacer declaraciones en esta misma línea. El gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, ha asegurado que el eurobanco podría adelantar las compras y concentrarlas en títulos transalpinos en caso de necesidad. El de Francia, François Villeroy de Galhau, también ha dicho algo similar. Y el economista jefe del BCE, el irlandés Philip Lane, ha recordado en un blog que la institución monetaria no permitirá que se entorpezca la transmisión de la política monetaria “en ninguna jurisdicción”. “Estamos claramente preparados para hacer más y ajustar todos nuestros instrumentos, si se necesitase, para asegurar que las elevadas primas de riesgo que vemos en respuesta a la aceleración del contagio del coronavirus no socavan la transmisión”, ha señalado.

Todos han aparecido casi a la vez en un movimiento orquestado para detener el golpe provocado por la errática intervención de Lagarde. Y algo han logrado: la prima de riesgo italiana ha descendido este viernes unos 25 puntos básicos hasta el entorno de los 236. Si bien el día anterior se llegó a disparar en 70 puntos hasta tocar los 260. Con el nivel de deuda pública que soporta Roma, eso supone un encarecimiento muy significativo de la factura de intereses en un momento en el que se precisan recursos financieros para combatir la pandemia.

Aunque España ha logrado distanciarse de Italia, el riesgo de contagio está ahí. La prima española escaló el jueves cerca de 35 puntos para situarse en los 128. Y este viernes se ha quedado rondando los 115.

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