Fallece Jack Welch, el Ejecutivo del Siglo que transformó General Electric
El empresario era conocido por su agresivo estilo comercial, convirtió la empresa en una multinacional
Icono del mundo empresarial estadounidense, nombrado en 1999 Ejecutivo del Siglo por la revista Fortune, Jack Welch moría el domingo a los 84 años de un fallo renal, según anunció su familia. Hijo único de un maquinista de tren y una ama de casa irlandeses, Welch nació en 1935 en Salem (Massachusetts). Estudiante de ingeniería química en la Universidad de Amherst, se sumó a General Electric (GE) en 1960 dentro de la división de plásticos. Su huella cambiaría la empresa para siempre.
Welch transformó General Electric de una firma de electrodomésticos y bombillas en un conglomerado multin...
Icono del mundo empresarial estadounidense, nombrado en 1999 Ejecutivo del Siglo por la revista Fortune, Jack Welch moría el domingo a los 84 años de un fallo renal, según anunció su familia. Hijo único de un maquinista de tren y una ama de casa irlandeses, Welch nació en 1935 en Salem (Massachusetts). Estudiante de ingeniería química en la Universidad de Amherst, se sumó a General Electric (GE) en 1960 dentro de la división de plásticos. Su huella cambiaría la empresa para siempre.
Welch transformó General Electric de una firma de electrodomésticos y bombillas en un conglomerado multinacional muy productivo. Uso para ello un duro estilo de dirección que le valió el apodo de Neutron Jack, en alusión al arma nuclear que mata a las personas, pero deja casi intactas las infraestructuras.
Seguía un modelo de dirección que se apoyaba en la máxima de que las compañías deben ser ágiles para tener éxito. En 1972, se convirtió en vicepresidente, y siete años más tarde en director adjunto. A los 45 años, en 1981, Welch sucedió en el cargo a Reginald Jones para tomar el timón de la compañía como máximo ejecutivo. Cuando se retiró de forma voluntaria en 2001 había transformado los 12.000 millones de dólares de valor de mercado de GE en más de 410.000 millones.
Ideó una “curva vital” que dividía a los directivos empresariales en tres categorías: el 20% se encuadra en la llamada fracción a, aquellos “llenos de pasión, comprometidos con hacer que sucedan cosas”; otro 70% integran el grupo b, “esencial en la compañía y que anima al grupo a”, y el 10% restante, el c, son los otros miembros de la plantilla gerencial. Los improductivos tienen la puerta abierta, escribió Welch en un libro que salió a la venta el día de los atentados del 11-S: Jack, Straight From the Gut fue un rotundo éxito de ventas.
Welch hizo que GE tuviese presencia en múltiples sectores, de la industria manufacturera a los medios de comunicación —con la creación del canal de noticias económicas CNBC—, la industria audiovisual, las finanzas, la salud o la aeronáutica.
Mantras
Entre sus muchos mantras figuraba el de que si no se puede mejorar una actividad, lo mejor es cerrarla o venderla. Con ese brutal bisturí, durante sus primeros cinco años como jefe máximo, el número de empleados de la compañía cayó de 411.000 a 299.000. Escribió que la elección de su sustituto para hacer la transición de poder en la compañía fue la más importante y agónica que afrontó. El elegido fue Jeffrey Immelt, quien debió lidiar hasta su dimisión en 2017 con el 11-S, el estallido de la burbuja de las puntocom y la Gran Recesión. Otros dos directivos han estado desde entonces al frente de General Electric: John Flannery, que duró poco más de un año, y Lawrence Culp, quien permanece en el cargo desde el otoño de 2018.
En los últimos años, Welch llegó a mostrarse decepcionado por los resultados de la compañía, tras el impacto de la crisis de 2008, especialmente en su división GE Capital, que todavía hoy atraviesa un complicado proceso de reestructuración. La multinacional tiene ahora un valor en Bolsa de 95.000 millones de dólares y sus actividades se reducen a la aeronáutica, la energía y la salud.
La vida personal de Welch también ofreció titulares relativos a sus tres matrimonios. La separación de su primera esposa tras más de 25 años de matrimonio y cuatro hijos fue amigable. No así la segunda: la ruptura le costó más de 180 millones de dólares. Welch se casó después de nuevo y ha vivido hasta su muerte con la periodista Suzy Wetlaufer, de la que se enamoró mientras esta escribía una historia sobre él y cuya aventura extramatrimonial hizo las delicias de los tabloides. Según relataría entonces el propio Welch, no se podía culpar a la prensa por ello. “¡Dios Santo! Si yo fuera periodista también estaría encantado de escribir una historia escandalosa”, dijo al programa de CBS 60 Minutes. El presidente Donald Trump homenajeó en Twitter a su “amigo y apoyo Jack” con quien cerró “negocios maravillosos”.