SECTOR NAVAL

La desconfianza reina entre los parados del naval

Aspecto de una de las manifestaciones que el pasado jueves recorrió las calles de Vigo.EFE

A escasos once días de que la Comisión Europea dicte sentencia sobre el tax-lease español, la desconfianza en que la ofensiva postrera de las administraciones y el sector naval dé sus frutos impera entre los trabajadores, especialmente entre quienes se llevó por delante la crisis.

Los hay que ven una tercera reconversión del naval tras la de los años ochenta y noventa, pero esta vez "encubierta", y otros hablan de "un plan orquestado" para acabar con la industria española y surtir de "personal cualificado" a los astilleros del norte de Europa.

En conversación con Efe, Luis Pita, ...

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A escasos once días de que la Comisión Europea dicte sentencia sobre el tax-lease español, la desconfianza en que la ofensiva postrera de las administraciones y el sector naval dé sus frutos impera entre los trabajadores, especialmente entre quienes se llevó por delante la crisis.

Los hay que ven una tercera reconversión del naval tras la de los años ochenta y noventa, pero esta vez "encubierta", y otros hablan de "un plan orquestado" para acabar con la industria española y surtir de "personal cualificado" a los astilleros del norte de Europa.

En conversación con Efe, Luis Pita, Ángel Vila y Andrés Nicolás Rodríguez relatan su drama personal, apenas una muestra de los 10.800 empleos que los sindicatos calculan que se han perdido en la ría de Vigo desde 2009, y expresan su escepticismo sobre la viabilidad futura del naval.

Luis Pita, de 51 años, con 17 de experiencia en la auxiliar Islas Montajes y Talleres, que entró en concurso de acreedores víctima de la crisis de Barreras, está convencido de que la mano de los grupos de presión del norte de Europa está detrás de la delicada situación del naval español.

Cree que España resulta "un competidor incómodo" por su "capacidad", al contar con mano de obra cualificada, y se remite a la emigración creciente de trabajadores a los astilleros holandeses, franceses e ingleses.

Recientemente un astillero holandés hizo un "casting" en Vigo para reclutar a personal al mismo tiempo que una ETT alemana ofrecía cerca de un centenar de puestos de trabajo, la mayoría relacionados con la construcción naval.

Cuando se quedó parado en 2011, Luis Pita, casado y con dos hijos también desempleados, apostó por la construcción porque pensaba que era "el único resquicio" que le quedaba, pero con el paso del tiempo admite que erró en la elección.

También buscaron una salida en la construcción Andrés Nicolás Rodríguez, de 60 años, con quince de experiencia laboral en la industria auxiliar como tubero, y Ángel Vila, de 54 años, víctima de la primera reconversión del naval en los años ochenta.

El primero, que ahora cobra una prestación de 426 euros, apenas consiguió un contrato de un mes durante los dos años que lleva parado, mientras que el segundo, que salió del astillero Barreras en 1978, donde antes habían trabajado su abuelo y su padre, sí que encontró acomodo en la construcción.

Pero en diciembre de 2012 sufrió en sus carnes las consecuencias de un ERE, el de Pilotes Posada, que recientemente acaba de superar la empresa especializada en cimentaciones.

Cuenta Ángel Vila que el sector naval está "peor que nunca" y que se le está "dejando morir poco a poco".

Considera que el comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, "no es el único culpable" pero se ha erigido en un "buen cabeza de turco" con sus declaraciones sobre la posible devolución de ayudas del tax-lease.

"Todo está vendido de antemano", tercia Andrés Nicolás Rodríguez, para quien las gestiones de las administraciones y de la patronal para modificar el dictamen de Almunia son "una fantasmada".

Recuerda que en Francia "tardaron apenas unas semanas" en presentar un nuevo sistema de bonificaciones fiscales cuando Bruselas puso reparos al que estaba vigente.

Piensa que en España, políticos y empresarios andan estos días "a la carrera para quedar bien, pero saben que el naval está muerto", apostilla.

Augura que "los pocos" astilleros que logren sobrevivir contratarán al personal en categorías y salarios inferiores a los que correspondería por formación y experiencia, como de hecho, afirma, está sucediendo ya en la actualidad.

Luis Pita vuelve a su tesis de la "campaña orquestada" para apuntar que, aparte de exportar mano de obra cualificada, el otro gran objetivo de la misma es "liquidar" los convenios colectivos e imponer el salario mínimo.

Jorge Morales