S&P puede acabar ante la justicia por las 'subprime' cuatro años después

El regulador expedienta a la agencia por recomendar la inversión en derivados hipotecarios tóxicos cuando ya había estallado la crisis

Las autoridades regulatorias del mercado de valores de Estados Unidos han abierto un expediente contra Standard & Poor's que podría desembocar en un proceso judicial contra esta agencia de medición de riesgos. También, según reconoce el propietario de esta sociedad, McGraw-Hill, podría acarrear sanciones o, incluso, reclamaciones por parte de los afectados para recuperar sus inversiones fallidas.

El expediente está relacionado con unos informes que realizó S&P hace cuatro años, en 2007, a favor de un producto derivado que ha sido calificado, con el paso del tiempo, como un ejemplo claro...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las autoridades regulatorias del mercado de valores de Estados Unidos han abierto un expediente contra Standard & Poor's que podría desembocar en un proceso judicial contra esta agencia de medición de riesgos. También, según reconoce el propietario de esta sociedad, McGraw-Hill, podría acarrear sanciones o, incluso, reclamaciones por parte de los afectados para recuperar sus inversiones fallidas.

El expediente está relacionado con unos informes que realizó S&P hace cuatro años, en 2007, a favor de un producto derivado que ha sido calificado, con el paso del tiempo, como un ejemplo claro de cómo las agencias actuaron en coordinación con los bancos para colocar este tipo de inversiones una vez que ya había estallado la crisis de las hipotecas tóxicas o subprime.

En concreto, la nota de S&P respaldaba la inversión en el fondo Delphinus 2007-1 y en el que se agrupaba deuda hipotecaria de dudosa calidad por 1.600 millones de dólares. No obstante, este fondo apareció en el informe elaborado por el Senado de EE UU sobre la crisis hipotecaria de "ejemplo claro" de cómo los bancos y las agencias de calificación se conchabaron para, una vez que estallaron los problemas, seguir vendiendo estos productos a sus clientes.

De hecho, la propia S&P empezó a rebajar la calificación de estos derivados, que hasta ese momento gozaban de una matrícula de honor o triple A, a finales de aquel año y principios de 2008. En aquel mismo ejercicio acabaron siendo degradados a la categoría de bono basura, lo que les hace aconsejables solo para inversiones especulativas.

Unas tres cuartas partes de este fondo fue suscrito por la firma de inversión Mizuho y fue administrado por Delaware Asset Advisors. "S&P ha estado cooperando con la Comisión en esta materia y tiene la intención de seguir haciéndolo", ha defendido McGraw-Hill en un comunicado.