La plantilla de Filabo se encuentra la planta de Sant Joan Despí cerrada a la vuelta de vacaciones

El fabricante de material filatélico y numismático ha sido vendido al grupo Gutsen and Vergelsa, que compra empresas en crisis

Los trabajadores del grupo Filabo, el primer fabricante español de material filatélico y numismático, se han encontrado esta mañana con las puertas de la fábrica cerradas y un cordón de seguridad que les ha impedido el acceso, incluso para recoger sus objetos personales. La explicación de los administradores de la empresa, con sede en Sant Joan Despí, ha sido que "la compañía pertenece a unos nuevos dueños, se halla en situación de concurso y los antiguos propietarios de las naves les han declarado el desahucio", según Eugenio Martín, responsable del sector de Artes Gráficas del sindicato UGT ...

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Los trabajadores del grupo Filabo, el primer fabricante español de material filatélico y numismático, se han encontrado esta mañana con las puertas de la fábrica cerradas y un cordón de seguridad que les ha impedido el acceso, incluso para recoger sus objetos personales. La explicación de los administradores de la empresa, con sede en Sant Joan Despí, ha sido que "la compañía pertenece a unos nuevos dueños, se halla en situación de concurso y los antiguos propietarios de las naves les han declarado el desahucio", según Eugenio Martín, responsable del sector de Artes Gráficas del sindicato UGT de Cataluña. La única opción que se les ha dado es el despido con una indemnización propia del despido improcedente, 45 días por año trabajado. La plantilla suma cerca de 35 personas.

Filabo era propiedad del grupo Lamas Bolaño, pero hace más de un año que pasó a manos de la sociedad Gutsen and Vergelsa, según confirma esta última sociedad, que está especializada en la compra de empresas en crisis. Fuentes de la plantilla aseguran que sí tenían constancia de este cambio de manos, pero, añadieron, "en ningún caso se nos dijo que hubiera problemas, había mucha faena".

Todo empezó cuando la empresa añadió tres días de fiesta extra al pequeño paréntesis vacacional de Semana Santa. El miércoles, algunos vecinos alertaron a la plantilla porque observaron la llegada de camiones que empezaron a llevarse material. Los trabajadores alertaron acudieron a la Inspección de Trabajo. "Una inspectora intentó entrar y el cordón de seguridad se lo impidió". La explicación fue la misma que hoy se le ha dado al grueso de la plantilla que se ha presentado a trabajar en vano: que los nuevos dueños no tienen nada que ver con los antiguos. UGT de Cataluña ha pedido ayuda al Gobierno catalán.